Cualquier cazador puede disparar a un oso en la Comunidad Autónoma de Castilla y León ya que mantiene la estrategia de defender a los cazadores, asumiendo el criterio de que el oso ha recibido los disparos por un error de caza al confundirlo con otra especie. La liberación de cargos penales da pie a una vía administrativa en la que la Junta de Castilla y León llega a anular cualquier tipo de sanción económica.
Solo trabajando en el campo como hace el FAPAS, es posible desmontar el enorme fraude que se produce con los daños de los lobos. Este que os presentamos, es un ejemplo característico de fraude que se repite cientos y cientos de veces.
Esta tarde estaremos de nuevo con vosotros a través de las ondas.
El programa de La buena tarde se une al equipo de FAPAS dándonos un espacio en su sección medioambiental.
Se pone en marcha un proceso judicial importante, no solamente por la detención de una persona; el caso Cachou debe de terminar con la farsa de los osos muertos en peleas.
Ultimando los detalles para que con la llegada de la primavera ya esté disponible la formación sobre Grandes Carnívoros.
La restauración ambiental de la mina de carbón que hemos comprado será una referencia de análisis para los alumnos de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Valladolid.
La cadena catalana de TV3 ha dado la noticia relacionada con la muerte del oso Cachou que aún se encuentra bajo secreto de sumario.
Una rapaz cosmopolita, especializada en capturar peces “al vuelo”, en cualquier parte del globo donde ubique su residencia (por D. Pando)
En el año 2016, la Fundación Oso Pardo (FOP) iniciaba una campaña sobre la presencia de osos problemáticos. Daba altavoz a un posible conflicto y, paralelamente, pedía dinero para tener capacidad de acción para trabajar en la solución del conflicto. En dos palabras, creaba el conflicto y se proponía a sí mismo como solución del problema.
Estos días en las visitas de campo para detectar la presencia osera, hemos localizado en los montes de Somiedo el primer caso de un nido de avispa velutina que ha sido comido por un oso.
Después de la preparación de la finca, de la que ya os hablamos unos días atrás, llega la hora de plantar los frutales.
La recuperación del oso pardo en las montañas cantábricas ha comenzado a generar algunos problemas que deberían tenerse en cuenta en la futura estrategia de conservación. Sin embargo, no es así, se abandona toda línea de trabajo para evitar favorecer la presencia osera en los entornos rurales.
Al mundo de la conservación se le ponen los pelos de punta cuando ve una máquina en el monte, es sinónimo de destrucción. Pero las máquinas del FAPAS crean biodiversidad.
Desbroce, poda, arreglo del cierre perimetral...ya casi está lista nuestra finca para empezar con la plantación de alta montaña con 400 frutales escogidos para alimentar al oso y aportar diversidad en el hábitat del urogallo.
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