Esta semana dejamos por un momento las excavadoras para atender a los alumnos de diferentes cursos que se desplazaron desde la Universidad de Valladolid. Alumnos de Geografía y Ordenación del Territorio con su profesor titular al frente, Alipio García de Celis, para enseñarles nuestro novedoso proyecto de transformar un terreno totalmente destruido por la acción de una mina a cielo abierto en un hábitat de calidad para el urogallo.
Explicamos a los alumnos de geografía, que el incremento de la biodiversidad es uno de los objetivos en este trabajo de restauración ambiental. Potenciar la calidad de hábitat de manera específica para el urogallo, pero a la vez, incrementar la ocupación y el uso del terreno por la mayor cantidad posible de elementos biológicos.
Para ello, hemos diseñado toda una estrategia de actuaciones en este terreno destruido, principalmente, favorecer la presencia de zonas húmedas para lo cual hemos construido ya tres charas que incrementarán las dos ya existentes dentro del terreno que hemos comprado.
Poco a poco, la mina va cambiando de aspecto con las actuaciones que hemos realizado. Por ejemplo, se ha plantado varias parcelas de centeno sobre el suelo tal como ha quedado después de la actividad minera. Buscamos sistemas de regeneración de materia orgánica para cubrir un suelo tan pobre como el que tenemos en la mina.
Hasta la próxima primavera mantendremos en marcha todas las actuaciones que contemplan un complejo proyecto de manejo de estos terrenos estériles para hacer de nuestra mina una referencia en restauración ambiental.
Natalia Castro que lleva a cabo la gestión de la Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y luna, nos hace este selfi en la primera visita de los alumnos de la Universidad de Valladolid en lo que será en el futuro, un punto de encuentro entre FAPAS y esta institución universitaria.
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