Nuestros árboles
En 1988 dan comienzo los primeros trabajos de reforestación llevados a cabo por el FAPAS en las montañas cantábricas. Su OBJETIVO: aumentar la productividad en aquellos territorios ocupados por el oso pardo, teniendo en cuenta que los paisajes de la Cordillera han sido modelados por los usos tradicionales y la acción del hombre durante miles de años, de forma sostenible.
En 1992 nace FAPAS Forestal, con un equipo humano dedicado exclusivamente a realizar trabajos de plantación, y, con él, el Proyecto "Frutos para el Oso" que sigue vigente hoy en día en sus diferentes modalidades.
En la actualidad, FAPAS cuenta con su propio vivero de prácticas forestales y conservación de la biodiversidad, ubicado en el corazón de los valles del oso, en el concejo de Santo Adriano, donde ahora tenemos nuestra sede.
Dónde trabajamos
Bajo el amparo del proyecto "frutos para el Oso", a lo largo de estos últimos 25 años se ha llevado a cabo la plantación de más de 500.000 árboles frutales, principalmente en el área de distribución del oso pardo cantábrico, que han generado:
- Mayor diversidad forestal y paisajística.
- Mejoras de hábitat en dos especies consideradas en peligro crítico, como son el oso y el urogallo
- Compensación de más de 18.500 toneladas de CO2 emitido a la atmósfera.
Propósitos y metas
La pérdida de actividad agraria tradicional, a causa del despoblamiento de los núcleos rurales de montaña, conlleva la disminución o desaparición de especies productoras de frutos plantadas por el hombre (cerezos, manzanos, castaños). Además tampoco existe manejo de las masas forestales, para hacerlas más productivas, y menos sensibles al fuego.
Por eso, los proyectos de repoblación forestal puestos en práctica por el FAPAS tienen un carácter estratégico, tanto por la ubicación de las plantaciones, como por las especies utilizadas, teniendo como OBJETIVO recuperar la biodiversidad a corto-medio plazo.
La iniciativa de plantar árboles en terrenos abandonados, vinculados a un uso agrario, o que han sido arrasados por el fuego, suponen un cambio de uso del suelo, traducible en riqueza biológica, y recursos sostenibles.
- Las cerezas son uno de los frutos más codiciados, a principios de verano, por multitud de aves y mamíferos, entre los que se incluyen nuestros osos.
- El madroño es una especie arbustiva, presente de forma dispersa en toda Asturias, y sus frutos también son consumidos habitualmente por el oso.
Cómo lograrlos
¿Qué hace FAPAS por nuestros bosques?
El manejo adecuado del monte, mediante desbroce y plantación de árboles, es una forma práctica de dar al terreno baldío un nuevo uso. Una acción aún desconocida en el ámbito rural.
El tipo de actuaciones realizadas a través del proyecto "frutos para el oso", implican un grado de sensibilización ambiental alto sobre la escasa y envejecida población rural que se mantiene en el territorio, y que utiliza el fuego como indiscriminada "herramienta de limpieza".
En diciembre de 2016, 150 hectáreas de una de las mejores zonas oseras de la Cordillera ardían en pleno invierno, en muy pocos minutos, después de que alguien prendiese fuego al monte con vientos de más de 100 kilómetros por hora.
Tradicionalmente, las especies vegetales autóctonas se han considerado de escasa rentabilidad económica, olvidando que mejoran el paisaje y generan biodiversidad: dos de los aspectos más valorados y demandados por los usuarios de naturaleza (principal motor económico de la mayoría de los municipios de montaña en estos momentos).
Por eso desde FAPAS, además de llevar a cabo duros trabajos de plantación, no perdemos la oportunidad de sensibilizar a la población, y de recordar a las Administraciones públicas que tienen la obligación de promover trabajos forestales que no estén destinados simplemente, a producir madera o pasta de papel.
Ayúdanos a conseguirlo
Los árboles trabajan para nosotros 24 horas al día: renuevan el aire, detienen la erosión, disminuyen el calentamiento global, regulan el ciclo hidrológico, y a corto-medio plazo, generarán biodiversidad, proporcionando refugio y recursos tróficos para la fauna.
Con algunos cuidados, una especie de largo crecimiento, como el roble de la foto, en pocos años alcanzará varios metros de altura y en breve comenzará a dar frutos.
El proyecto "Frutos para el Oso" se sostiene con las aportaciones económicas de los socios del FAPAS, de asociaciones y de empresas privadas que además participan de forma activa en los trabajos de plantación, constituyendo una estupenda herramienta de educación ambiental para las las entidades colaboradoras y sus familias.
Cada año se suman a "Frutos para el Oso" nuevos colaboradores, que ayudan a financiar este gran bosque. La firma de convenios con Ayuntamientos, Asociaciones vecinales o propietarios particulares, nos permiten reconvertir nuevos terrenos abandonados, en bosques productores de biodiversidad que van creciendo exponencialmente, solapándose unos con otros, generando riqueza biológica, y calidad de vida en el planeta.
Árboles plantados: 500.000 árboles
Toneladas de CO2 compensadas: 18.000 toneladas compensadas
Frutos producidos: 10.000 toneladas de frutos