Los daños de lobo que más se reclaman, están vinculados con la ganadería equina, con la cría de caballos. Miles de madres reproductoras viven en semi libertad en gran parte de las montañas cantábricas. Solo en Asturias los datos reflejados en el SADEI (Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales) indican que en el año 2017 existían 9.078 explotaciones ganaderas de caballos con un total de 36.415 cabezas de ganado equino, suponemos que en la actualidad las cifras no habrán variado mucho.
Los lobos está comprobado y así lo reflejan muchos estudios, tienen por presas habituales en la época de cría a los potros de hasta un año de edad. Las estadísticas de ataques de lobo a crías de caballo es sin duda la de mayor cuantía en nº de ataques. Pero, ¿son todo ataques de verdad?.
La mortandad natural de las crías nacida en la montaña sin ningún tipo de ayuda o protección son muy altas, lo saben perfectamente todos los ganaderos, pero el lobo y una planificación de pagos de administraciones como la de Asturias que hace política con el lobo, ha convertido los daños de lobos al ganado equino de hasta un año de edad en un fabuloso fraude.
Aquí tenemos a nuestra protagonista, una madre que ha parido una potrilla y que por causas naturales, posiblemente falta de leche de la madre, la cría muere a una semana de nacer.
Comprobamos que la cría no tiene ni el más mínimo rasguño, la muerte de la potrilla solo puede achacarse a causas naturales
Ocultamos a la cría muerta entre vegetación para evitar que sea descubierta por los buitres y colocamos una cámara para poder ver qué sucede. La madre sigue junto a su cría hasta que finalmente desista y la deje abandonada al no recibir ninguna respuesta.
En alguna ocasión, hemos encontrado estas crías muertas amarradas al tronco de un árbol para que si viene un depredador, impedir que se lleve el cadáver y así encontrar más fácilmente los restos.
Esperamos a ver qué sucede y…el vídeo nos descubre a un gran mastín de los que cuidan al ganado que localiza el cadáver.
El mastín comienza a comer la potrilla muerta y con una gran facilidad se le lleva del lugar para comérsela en otra zona más tranquila.
Una búsqueda por la zona y podemos encontrar solamente un resto de la potrilla, una pata totalmente comida.
Este resto es suficiente para justificar la reclamación de la muerte de esta potrilla como un daño por ataque de lobo. En otras ocasiones, será efectivamente el lobo el que coma el cadáver que no ha matado aprovechando la carroña como alimento.
Pero como hemos podido ver en el trabajo de seguimiento, ni tan siquiera los lobos se han acercado al cadáver.
¿Se pagaría como daño de lobo?.
Podemos asegurar que sí, la presencia de la madre con las ubres abultadas después del parto y la existencia de un resto de la cría muerta certificando la presencia del cadáver será suficiente para que el expediente administrativo siga su curso y el dueño de la potrilla muerta por causas naturales reciba una indemnización por un ataque de lobo.
Este no es un caso aislado. En la actualidad y en zonas de montaña, la muerte por causas naturales de ganado supone un importante fraude para cobrar indemnizaciones por falsos ataques de lobo.
La gestión de la población de lobos, está condicionada por la estadística, una estadística que interesa a administraciones como la asturiana y que la argumenta para justificar matar lobos, una acción con un claro condicionante político ante la sociedad rural. ¿Sabe la Administración lo que sucede en realidad?, sí, claro que sí, pero no interesa denunciar el fraude, interesa utilizar al lobo como herramienta de lucha política.