La reina ha puesto una gran cantidad de huevos y la colonia se llena de tantas abejas que no hay sitio para todas. Entonces, se divide y un grupo decide salir en busca de un nuevo hogar. Son los enjambres.
Pero la apicultura es una actividad económica y los enjambres, cada uno de ellos vale dinero para venderlos o crear una nueva colonia para producir miel. Por eso, en muchas zonas resulta difícil encontrar enjambres silvestres en la naturaleza.
El FAPAS no aplica está actividad de recogida de los enjambres. Dejamos que cada estación de polinización libere nuevas colonias a la naturaleza. Sabemos que las enfermedades que diezman la población silvestre también supone un gran riesgo para la supervivencia de este insecto, pero aun así es importante que haya abejas que se distribuyan por valles y bosques en función de condiciones ecológicas y no condicionadas por el ser humano.
Aun así, las laboriosas abejas permitirán al FAPAS obtener miel y mientras, las estaciones cumplirán también con el objetivo de favorecer la polinización de los ecosistemas de montaña.
LA MIEL DEL FAPAS