La lentitud de la justicia en España es de sobra conocida, pero en los casos medioambientales, quizás por su complejidad, lo son aún más. Es el tema del oso muerto envenenado en el Valle de Arán que ahora parece que por fin va a ver la luz el inicio del proceso judicial.
Un proceso judicial donde ha sido clave la intervención de las acusaciones populares como la ejercida por FAPAS/IPCENA que pone una referencia en el ámbito de la protección judicial del oso en España, ya que hasta ahora, la mayor parte de los procesos judiciales por osos muertos han estado viciados por la actitud de las administraciones públicas, que en gran parte, aun siendo los afectados como responsables de la conservación de la especie, han mantenido en general actitudes de protección hacia los encausados judicialmente como responsables de haber dado muerte a algún oso.
¿Por qué las a administraciones adoptan estas actitudes de defender en los procesos judiciales a los que matan osos?
Creemos que este titular de un medio de comunicación nos da la respuesta: es el caso del oso Cahou. Fijémonos en quienes son los imputados.
Un político, máximo responsable de la conservación de los osos, es al que se le acusa de poner veneno para matarlo.
Un Agente de Medio Ambiente, responsable de vigilar para la protección del oso Cachou es el que colabora para matarlo.
En otros muchos casos, en especial en Castilla y león, históricamente, la muerte de osos ha estado relacionada con funcionarios, directamente o por omisión del deber. Autorizar cacerías a sabiendas del riesgo para los osos etc.
Es entonces comprensibles que cuando se llega a procesos judiciales, las administraciones, en vez de acusar, defiendan y sean cómplices en la sombra ya que al fin y al cabo han tenido que ver de alguna manera en sus decisiones de gestión con el desenlace final de que un oso resulte muerto. Tapan procesos de investigación, ocultan pruebas o modifican cualquier tipo de documento que les relacione e incrimine.
Luchar contra esta actitud mafiosa es muy difícil. Más cuando alguna ONG de conservación del oso se implica también para llevar a cabo un juego perverso de despiste social. Acuso públicamente pero defiendo a la Administración de manera indirecta, trasladando a la sociedad la imagen de eficacia de la ONG por la conservación del oso, pero en el fondo defiendo a quienes me están dando dinero para su conservación por mucha culpa que tengan en gestionar de manera deficiente la protección del oso.
Es por ello que este caso de un oso muerto en el Valle de Arán, puede marcar un antes y un después en los procesos judiciales para defender al oso pardo en España. Hemos pasado de la insistente actitud de justificar la presencia de un oso muerto por causas naturales, como fue el inicio del Caso Cachou, a esta implicación directa e insólita de dos personas con responsabilidad sobre la propia protección del oso, como presuntos autores de su muerte.
LA RISA SARDÓNICA DEL OSO CACHOU
Para quienes aún no estén muy al tanto del caso del Oso Cachou o quienes quieran refrescar el tema, pueden consultar este artículo que recoge la historia de su muerte y posteriores acciones de investigación.
OBVIAR LAS RESPONSABILIDADES POLÍTICAS.
Desde FAPAS no vamos a obviar nunca que la muerte de este oso ha estado directamente relacionada con el fracaso de un Programa Life cuyos trasfondos y entresijos buscaban la conservación del oso a través del permanente ingreso de recursos económicos, es lo que se podría definir como “El Negocio LiFe del Oso”, basado en generar situaciones y necesidades de conservación para seguir recibiendo dinero de la Unión Europea.
Cachou fue sentenciado a muerte por la inercia de un Programa de Conservación Life para el oso que lo convirtió en asesino de ganado y destructor de colmenas mal protegidas por el propio proyecto de conservación. La idea era capturar a este oso y volver a soltar un nuevo oso “menos agresivo” que implicaría la necesidad de nuevos recursos económicos, es decir: la solicitud de un nuevo proyecto Life a la Unión Europea.
Es por eso que no debemos de olvidar quienes desarrollaban este Proyecto Life de Conservación del Oso pardo en los Pirineos. Como en muchos crímenes alguien es el que maneja el arma, pero otros crean el escenario para que se cometa.
APOYA LUCHA JUDICIAL POR LA CONSERVACIÓN DEL OSO EN ESPAÑA