Hoy hemos estado trabajando en nuestra mina de carbón con este pedazo buldózer de 25 toneladas, una auténtica bestia moviendo tierra.
Y para qué movemos tierra?. Pues para crear charcas. Una de las posibilidades que aporta una mina a cielo abierto son grandes explanadas que con un poco de imaginación y una máquina de estas, en apenas unas horas deja el terreno listo para embalsar agua.
El agua es vida y genera multitud de seres vivos, aporta humedad a zonas áridas y…sabemos que al urogallo le gustan las zonas con humedad por la gran cantidad de insectos que hay en ellas.
Así que hoy hemos estado construyendo la primera de las tres charcas de agua que se sumarán a las dos ya existentes en el interior de la mina de carbón a cielo abierto que hemos comprado.
Pero estos días también hemos utilizado nuestra pequeña maquinaria, nada que ver con el poderoso buldozer que hemos contratado, pero que nos permite subirnos por los taludes de la mina y hacer los hoyos para preparar la plantación de varios miles de árboles, todos ellos interesantes para el hábitat del urogallo.
Plantación de centeno
Y como no todo es maquinaria, ya hemos iniciado los trabajos de preparación de parcelas experimentales con plantación de centeno, un cereal típico de estas zonas de montaña de la comarca de la Omaña, muy rústico y duro, que se planta ahora en el invierno.
El centeno va a ser utilizado como un mecanismo de crear suelo fértil sobre el suelo estéril de la mina. Es muy poco exigente en su germinación y queremos hacer pruebas para conseguir la regeneración de estos suelos tan pobres, resultado de la explotación minera.
Es un proyecto financiado por