Como siempre,  es la sociedad civil la que alerta a las administraciones sobre los problemas y como siempre, son las administraciones las que no hacen caso a la sociedad civil.

Desde hace años se viene alarmando de la presencia de esta avispa asiática y sus  desastrosas consecuencias para la supervivencia de las abejas.  Se solicitaba la intervención urgente  para la destrucción de nidos y el freno a una expansión que ahora ya parece imparable, eran medidas demandadas que  o fueron ignoradas o  simplemente no se le dio importancia.

Cuatro años más tarde,  administraciones como la asturiana reaccionan y ponen en marcha protocolos de vigilancia y  equipos de destrucción de nidos.

Pero es tarde y solo se actúa donde se ven los nidos. Y, ¿Dónde no se ven?.

FAPAS comprueba la presencia de  avispas asiáticas   en zonas de alta montaña.

 

 

 

 

 

 

 

 

Estación de polinización  de FAPAS a más de 900 metros de altitud que sufre el efecto del predación de abejas por parte del avispón asiático.  Los nidos  de la especie invasora se encuentran en zonas forestales de muy difícil localización.

 

 

 

 

 

 

 

Avispas  velutinas  en plena acción 

SEGUIMIENTO DEL OSO

Los recorridos de monte tras las huellas del oso, nos permite descubrir nidos de avispas invasoras en lugares donde con toda seguridad nadie más los va a descubrir. Lo  cual nos indica hasta qué punto está ya desarrollada la invasión de este insectos y las enormes, por no decir, imposibles actuaciones de erradicación que se deberían de llevar a cabo, ya que la Administración, atiende mayoritariamente aquellos avisos de nidos localizados en zonas pobladas.

Nido  de avispón asiático

DESPRECIO POR LA SOCIEDAD CIVIL

El único objetivo que mueve a las administraciones públicas dirigidas por políticos ambiciosos es acaparar la atención en lo inmediato. Acaparar también en exclusiva el protagonismo. Un protagonismo que lleva a lucirse en  la ciudad y entornos humanos, pero que desconoce el alcance de la grave situación de esta  plaga invasora y que  por tanto no será nunca capaz de erradicarla por si sola.

Mal futuro  para la abeja melífera. Acosada por parásitos, enfermedades, abandono de explotaciones, ahora recibe de manera directa el impacto de este  enemigo mortal que las captura y corta la cabeza para llevársela a sus nidos para  alimentar a las larvas.