Como cada año, hace unos días celebramos una actividad de plantación con los voluntarios de los distintos clubes de esquí de la estación de Valgrande, toda una experiencia para compartir en familia y que sirve para que los más pequeños aprendan a valorar el entorno natural que les rodea.
El ganado y los fuertes vientos que azotan en el puerto, hacen que los protectores que instalamos puedan ser derribados si no se han clavado bien al terreno, lo que supondría la pérdida del árbol en cuestión. Además, la temporada de nieve se acerca lo que será un problema más a sumar en esta ecuación.
A pesar de que el día se muestra bastante despejado un aire gélido barre las laderas y nos hace complicada la tarea, el empuje es tal que cuesta mantenerse en el sitio mientras clavamos con firmeza las varillas que sujetan los cactus de protección.
Comprobamos también como una gran mayoría de los árboles plantados el año anterior, a pesar de las duras condiciones climáticas, van ganando porte. Ahora solo queda esperar que los nuevos ejemplares también se adapten bien y salgan adelante.