Con motivo de los 30 años de la declaración de Somiedo como Parque Natural, se celebra el acto con visitas oficiales, parabienes y espaldarazos políticos.
Contra viento y marea, se pudo proteger este espacio de la avaricia y la ambición, ya que junto a la conservación del oso que apenas se quería en el ámbito político local, en esos 30 años de parque natural se habló de proyectos de teleféricos, urbanizaciones, industrias, estación de esquí, conversión del parque en un solapado centro turístico de actividades al aire libre entre las muchas cuestiones que ha sido necesario ir parando una a una.
No faltan ahora desde luego, quienes se suman al éxito de la recuperación del oso como un suceso obtenido al hilo de la actuación política, olvidándose de que el comienzo de la recuperación de esta especie se inició mandando a los calabozos de la Guardia Civil a los furtivos locales que con la complacencia de políticos y gestores del espacio protegido, no veían mal que se matara al oso.
Y 30 años después, la obsesión de un alcalde es mantenerse contra viento y marea como alcalde intentando sacar adelante los proyectos que nunca consiguieron salir y como gustaba comentar, tampoco pudo impedir que el oso en Somiedo, se limitase a un solo ejemplar y macho,
Por ello, FAPAS ha representado durante casi esos 30 años una institución a expulsar del territorio. Su independencia y ausencia de otros intereses que no fueran la conservación de la naturaleza, nos convirtió en una incomodidad para quienes deseaban que la palabra Parque Natural solamente fuera un eslogan en Somiedo.
En la década de los 80, aún se mataban osos en Somiedo, ya era Parque Natural
En esta operación de la Guardia Civil y el FAPAS se recuperan dos pieles de oso cazadas por un vecino de Somiedo. Ya estaba el territorio declarado como Parque Natural.
La investigación determinó con gran fundamento qué persona podía haber matado unos osos que estaban siendo controlados por FAPAS.
Sin embargo, desde la dirección del Parque Natural se dio la orden de no denunciar el caso, pese a que la guardería, tal como también sospechaba FAPAS, intuía con gran acierto que las pieles de los osos muertos se encontraban en casa de un vecino.
Así han pasado los años, y Somiedo es hoy la gran reserva del oso pardo de la Cordillera Cantábrica, donde cada año, nacen crías que refuerzan la población obligando con su presencia a renunciar de un modelo turístico de naturaleza.
Con motivo de los 30 años del Parque, Víctor Vázquez ex Director General de Recursos Naturales del Principado de Asturias, ha escrito varios artículos y publicados en el periódico LA NUEVA ESPAÑA sobre la presencia del FAPAS en Somiedo y que reproducimos aquí.