La respuesta  de para qué sirve los lobos podemos encontrarla de manera sencilla  en la propia presencia de la especie  en gran parte del planeta

La amplia distribución del lobo nos da a entender  que la propia evolución natural  le ha hecho indispensable por motivos  vinculados a la depredación sobre otras especies.

Y parece ser que esta depredación que lleva a cabo el lobo  justifica su presencia y por tanto su  necesaria conservación.

TUBERCULOSIS Y LOBOS

La tuberculosis bovina obliga anualmente en España  al sacrificio de unas 40.000 vacas, con la consiguiente implicación negativa que ello supone al sector económico, haciéndo  ridículo los daños que causa el depredador a la ganadería, pero  que en cambio producen más alarma social que los gravísimos problemas  que genera  una enfermedad como la tuberculosis bovina a la economía rural, con las implicaciones que ello puede tener a su vez  para la salud humana.

 

Las estadísticas ponen de manifiesto que  en aquella parte de la España ganadera donde hay lobos, la incidencia de la tuberculosis bovina sobre el ganado es mucho menos   de donde no hay esta especie.

Al lobo, que tanto le cae encima desde las más disparatadas acusaciones  carente de ningún tipo de rigor, le hace falta criterios  científicos para justificar su existencia y por tanto su defensa y necesaria protección.

Lejos de la discusión lobos no, lobos sí,  los criterios que deberían  de prevalecer  son los científicos, aunque es de reconocer que lo científico, si no interesa, no se tiene en cuenta. Y en esto de lobos, parace que  que así es dada la ignorancia de Gobiernos Regionales que  avalan  matar lobos para mejorar su imagen política  sin tener  en cuenta  aspectos vinculados a su necesaria protección..

 

 

 

Entrevista a la investigadora  Ana Balseiro  por GLADYS VÁZQUEZ 

  Un estudio concluye que la presencia del lobo puede controlar la tuberculosis en el ganado bovino

  

 Sabe que tiene entre manos un asunto que suele levantar suspicacia. Por eso, Ana Balseiro insiste en que su estudio «solo se basa en resultados». Esta investigadora de la Universidad de León -nacida en Barakaldo, pero con   raíces en Ponteareas-,     forma parte del equipo hispano-británico que acaba de concluir que el lobo puede ser un buen aliado del ganado doméstico a la hora de controlar una enfermedad como la tuberculosis.

 Ella lleva 20 años investigando sobre la materia, pero reconoce que la publicación del trabajo en la revista Scientific Reports está teniendo un enorme impacto. «La tuberculosis es una enfermedad muy relevante. Está sujeta a campañas de erradicación   dentro de un programa nacional que, en realidad, tiene su origen a nivel europeo. Todos los países están sujetos a estos planes para erradicar la tuberculosis del ganado bovino. Estos años se ha visto que hay especies silvestres que son reservorio de   tuberculosis».

 Una enfermedad en aumento

 Con ese término, «reservorio», se refiere a las especies que pueden padecer y mantener una enfermedad contagiosa y llevar a producir una epidemia. Es decir, que una población silvestre es capaz de mantener en este caso la tuberculosis en su   población sin aporte externo. En un momento dado, pueden transmitirla al ganado bovino. «En el centro y sur de la Península, el jabalí es reservorio de tuberculosis. Tiene unas prevalencias altísimas y una densidad más alta de lo que encontramos en el   norte. Por lo tanto, en el norte no se puede decir que el jabalí tenga esa condición, pero es verdad que las prevalencias de tuberculosis aumentan año tras año en localizaciones concretas, como regiones de Asturias y Galicia, donde ha habido una   prevalencia alta de tuberculosis en el ganado bovino. Eso sí, el norte no se puede considerar ahora mismo reservorio», explica.

 ¿Qué papel juega un animal tan famoso y mitificado como el lobo? Pues el papel natural de la depredación. Esta investigación expone que los lobos limitan la progresión de la tuberculosis al depredar a los jabalíes infectados. Y lo hacen a través de un   método natural de selección. «La tuberculosis es una enfermedad crónica. Por un lado, tenemos animales recién infectados, con lesiones pequeñas, que no van a desarrollarse en el futuro. Hay otros en los que esas lesiones progresan y terminan en   generalizadas. Eso implica que hay mucha más transmisión a través de orina, heces o saliva. Hay una contaminación ambiental mayor, porque la micobacteria que produce la tuberculosis es resistente en la naturaleza. Los lobos limitarían la progresión   de la enfermedad porque eliminarían a esos animales con lesiones generalizadas. Eliminan el foco de contaminación. Son ejemplares más débiles y fáciles de cazar. Así extraes una probabilidad alta de que en un futuro infecten y transmitan la   enfermedad», relata esta investigadora para explicar que los lobos no van a controlar la población de jabalí como para bajarla, pero sí acabarían eliminando al jabalí diana y reduciendo el riesgo de que la tuberculosis se transmita al ganado bovino.

 La población de jabalíes no deja de aumentar en todo el país, pero es cierto que en la zona norte va, por el momento, por detrás. Aquí, hay una media de tres jabalíes por kilómetro cuadrado. En el sur hay unos 90. «Ahora el jabalí no es reservorio de   tuberculosis, pero si lo dejamos y las poblaciones aumentan podría llegar a serlo», concluye esta investigadora.

 «Ahora el jabalí no es reservorio de tuberculosis, pero si lo dejamos podría llegar a serlo»