Lo vimos hace unos años con el  estudio de los lobos en Asturias. Los investigadores marcaron ejemplares  de grupos familiares e inmediatamente otros miembros de la manada aparecían con patas rotas y restos de trampas en el cuello que les causaron una muerte cruel.

Ahora le toca al oso, por cierto, en  trabajos que   se están llevando a cabo en Asturias por los mismos investigadores que  parece  tienen bula papal para hacer lo que les  venga en gana y cómo les venga en gana.

DESCUBRIMOS UNA OSA EN SITUACIÓN DE EXTREMA PELIGROSIDAD DE SUPERVIVENCIA

Las imágenes hablan por sí solas, no es necesario explicar la situación:

Veamos las fotografías obtenidas por las cámaras de vigilancia del FAPAS:

Creemos que la situación es crítica, pues estos ejemplares   tienen un proceso de engorde muy notable cuando llega el otoño. Comienza el periodo de alimentación para pasar el letargo invernal en la cueva y tener suficiente acumulación de  grasas. Esto podría resultar fatal para la vida del oso tanto con riesgo de muerte directa o generar una situación grave de sufrimiento.

¿Por qué se producen estos fallos en los trabajos científicos?

Principalmente por carecer de criterio conservacionista. Con demasiada frecuencia en los investigadores que manejan animales salvajes prevalece el interés científico sobre otros aspectos como por ejemplo el bienestar de la fauna  que manejan, aunque sean especies estrictamente protegidas,  asumiendo  estos tipos de riesgos para los animales.  Obtener datos es una prioridad y por tanto hay que garantizar que el animal capturado no pierda el collar y deje de aportar información. No importan si está muy apretado, saben también que están llevando a cabo el trabajo en secreto y sin testigos, no les preocupa. Pero se equivocan, no cuentan con la capacidad de FAPAS de vigilar y proteger a los osos.

Por tanto se colocan estos collares valorando más estos aspectos y como consecuencia se producen estas situaciones de alto riesgo para la  supervivencia como es en este caso, de la osa radio marcada en el curso de un trabajo de investigación que es apoyado por el Gobierno Regional asturiano.

FAPAS DENUNCIA PÚBLICAMENTE ESTA SITUACIÓN

La alarma de este verano con ya tres osos muertos solamente en el mes de Agosto, obliga  a FAPAS a denunciar también esta situación de acosos científico que están sufriendo los osos en Asturias. Un acoso inaceptable tanto desde el punto de vista  de sensibilidad ambiental y de falta de ética profesional.