¿SABÍAS QUE…?
CÓMO RECONOCER AL PERSONAJE
Las grandes manchas del hombro son su seña de identidad con respecto a otros pájaros carpinteros (parte dorsal negra, con limpias y separadas áreas blancas sobre cara, cuello y escapulares).
EL MACHO tiene una mancha roja en la parte trasera del píleo (parte superior de la cabeza) que en los jóvenes es totalmente de color rojo.
como puede verse en la fotografía, LA HEMBRA carece de rojo en la nuca.
DÓNDE PODEMOS VERLO
Amplia gama de terrenos arbolados, incluidos parques y jardines.
Este pájaro carpintero es el más común de los pícidos europeos, aunque falta en Irlanda, a pesar de formar parte de su área de distribución; también de algunas islas del mar del norte y del mediterráneo.
LA DIETA. Un especialista en el control biológico de plagas
Los picapinos se alimentan principalmente de todo tipo de insectos perforadores y sus larvas.
Para ello trepa por los árboles cabeza arriba, apoyándose en las rígidas plumas de la cola para propulsarse. Con ayuda de sus dedos oponibles se aferra al tronco, rebuscando entre las grietas de la corteza, y bajo la madera, pudiendo vaciar la despensa en 15 minutos.
-La curiosa lengua del pájaro carpintero
Un pico poderoso, plumas de la cola especialmente rígidas que le sirven de trípode, y dedos opuestos en sus pies, no son sus únicas adaptaciones morfológicas.
Todos los pícidos tienen una lengua especialmente larga que se enrolla en torno al cráneo, quedando anclada en la base del pico (el picapinos puede extenderla hasta 3-4 cm). Su extremo está cubierto de púas que ayudan a sacar a los insectos de sus escondites, y además está envuelta en una saliva pegajosa que evita que se escapen.
Pero ahí no queda la cosa. A principios de la primavera, cuando el flujo es más abundante, agujerea los troncos para sorber la savia rica en azúcares, volviendo a intervalos para seguir “ordeñando” los troncos. En verano depreda huevos y polluelos de otras aves, y con la llegada del otoño, las semillas de coníferas y los frutos secos, completan su dieta.
LA PARADA. El TAM TAM del Bosque
-Los sonidos no vocales
Muchas aves han encontrado otros sistemas para generar señales acústicas que generalmente corresponden a cantos o reclamos, utilizando picos, patas, alas o cola.
En el caso del picapinos, ambos sexos se entretienen en tamborilear rítmicamente, golpeando con el pico ramas secas, o incluso canalones, desagües de edificios y hasta antenas de televisión. Si llega el caso, cualquier utensilio sirve para ser utilizado como caja de resonancia, mostrando gran fidelidad a sus “instrumentos de percusión”. El tamborileo funciona de forma similar al canto en lo que concierne a los límites territoriales, o atracción de pareja. Ambos sexos pueden picar a más de 20 veces por segundo y la señal es audible a casi un 1 km de distancia, si las condiciones acústicas son favorables.
Trazando fronteras con la percusión. El sonido de la naturaleza.
Calendario sonoro de los paisajes de España (Carlos de Hita)
“Desde un punto central del bosque se pueden oír alrededor, guardando escrupulosamente las distancias, las interpretaciones sobre diferentes troncos, instrumentos con distinta sonoridad. Uno tamborilea contra una madera vieja, minada por galerías de insectos barrenadores, y el sonido se propaga por su interior para después expandirse por el bosque con una tonalidad hueca, restallante. Otro, que quizás empezó picoteando contra una corteza para levantar alguna larva de xilófago, mezcla la percusión con las cosas de comer y le arranca sonidos más lentos, sordos, a una superficie mullida. Un tercero, más lejos, casi en la esquina del bosque, actúa contra un tronco joven, macizo y sin galerías por las que se diversifique el sonido, y la ráfaga de picotazos resulta más corta. Los tres utilizan la misma baqueta, un pico percutor, pero cada uno aporta un sonido diferente al concierto del bosque.
Entre los pájaros carpinteros los dos sexos tamborilean, y al parecer son capaces de reconocerse individualmente, por lo que no es arriesgado suponer que tanta inventiva tenga que ver con una firma sonora”
NIDIFICACIÓN. Siempre en huecos de los árboles que él mismo perfora
Tanto el macho como la hembra se encargan de horadar su nido, en el tronco de un árbol (vivo o muerto). Un mismo árbol puede ser utilizado varios años, siendo el agujero más reciente, el que queda más cerca del suelo.
Dependiendo del tipo y condición del árbol, el proceso puede durar una semana, o casi un mes, si se trata de un roble. Esta pequeña guarida suele medir unos 20 cm de profundidad y 14 de anchura. El fondo nunca se recubre con otros materiales; únicamente pequeños trozos de madera y serrín que resultan de la construcción, y no se retiran.
Huevos de color blanco, eclosión sincrónica (3-8). Los polluelos permanecen con los padres hasta una semana después de estar emplumados.
CONSERVACIÓN
Teóricamente este pequeño “Rambo”, con especial sentido del ritmo, no corre ningún peligro, siendo el único pícido que no se ha visto afectado gravemente por los cambios provocados por el hombre en las masas forestales, siendo su talón de Aquiles la deforestación, la tala de arbolado viejo y los incendios. Solo las subespecies canarias están amenazadas, entrando dentro de la categoría de Vulnerable (VU).