Un ejemplar joven que acostumbra a recorrer montañas alejadas de su zona habitual.
Ha dado la mala suerte que se encontró uno de los cebos envenenados colocados en el centro de Asturias donde aparecieron también varios buitres muertos.
Pero para localizar el veneno, identificar a los autores o persuadirles de colocarlo, hace falta ser eficaces. Si el día 1 de Mayo salíamos en compañía de la FCQ a buscar el ejemplar dado que emitía señales con evidente sospecha de muerte, el día 3 volaba el helicóptero de la Guardia Civil sobre la zona intentando localizar indicios de veneno.
La fortuna se alió con los osos. La presencia del helicóptero desplazó a una osa y sus crías de la zona y posteriormente al localizar el cadáver envenenado del quebrantahuesos, con el cebo en el pico, la sorpresa era que se encontraba a la misma puerta de la osera.
De no haber sido así, ahora, quizás tuviéramos además de buitres y un quebrantahuesos muertos, a esta familia de osos.
La intervención con rapidez y eficacia es una herramienta de trabajo que brilla por su ausencia en la Administración asturiana, que lejos de esclarecer, entorpece, intenta anular y oculta lo que sucede con el veneno en esta región.