Desde las Administraciones Públicas y sectores cinegéticos  que durante años han pretendido ofrecer una imagen de  seriedad, conocimientos técnicos y  buen hacer gestor,  se ha  considerado y puesto en tela de juicio, muchos de los criterios conservacionistas  que  han venido reclamando  una  nueva  visión  conservacionista del lobo.

El tiempo, está dando la razón  a los criterios conservacionistas que lejos de defender posturas  intransigentes,  sensibleras o  bucólicas  de una especie tan compleja como es el lobo,  está siendo en la actualidad,  el único sector que defiende la conservación de esta especie desde  estrategias  científicas y técnicamente serias.

Frente a ello, lo hemos visto, los criterios de Administraciones y sectores cinegéticos, solo han tenido a lo largo de estos años una orientación técnica basada  en la muerte indiscriminada de lobos, el tiro limpio.

 

Es de actualidad la problemática de la gestión de la cabra montés en  la Sierra del Guadarrama, donde la Administración planea  eliminar 5.000 cabras montesas, territorio declarado Parque Nacional y que pese a su grado de protección, la gestión administrativa sigue orientada en el tiro limpio.

Frente a ello, criterios científicos defendidos desde el ámbito de la conservación, con el lobo como referencia.

Hacemos mención a la Jornada  celebrada por el  Observatorio del Estado de Conservación del Lobo, una herramienta de la sociedad civil española que pone en evidencia, la negligente gestión de la biodiversidad en España por parte  de algunas Administraciones Públicas.

La coexistencia de la cabra montés y el lobo, la mejor medida para regular sus poblaciones

Se celebra la segunda jornada del OECL:  Alternativas al control letal de la cabra montés en la Sierra del Guadarrama
La jornada responde a la intención de los responsables del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama de exterminar hasta 5.000 cabras montesas para reducir su población.
Las investigaciones demuestran que los lobos están depredando sobre la población de cabra montés desde el año 2010 en la sierra de Guadarrama.
Eliminar lobos desestructura sus manadas y aumenta la incidencia de ataques al ganado  doméstico al disminuir su capacidad de depredación.

3 de julio de 2019  El Observatorio del Estado de Conservación del Lobo OECL (Observatorio del Lobo, en su denominación abreviada)  celebró el pasado viernes 14 de junio la jornada Alternativas al control letal de la cabra montés en la Sierra del Guadarrama. Para analizar la situación de la cabra montés en la Sierra de Guadarrama y el papel del lobo en los ecosistemas. Que la gestión de los espacios protegidos no puede basarse en la eliminación de animales salvajes; que  el furtivismo y los atropellos de lobos por la falta de corredores ecológicos son las mayores amenazas a las que se enfrenta este cánido; que la lucha para mantener nuestros ecosistemas pasa por exigir en Europa que se cumpla la normativa en lo relativo al respeto de los hábitats y que dos especies como la cabra montés y el lobo ibérico pueden y deben coexistir si queremos un entorno natural que se autorregule. Estas fueron algunas de las conclusiones a las que se llegó.

La jornada se inauguró con unas palabras que Mauricio Antón dedicó a Luis Miguel Domínguez, presidente de Lobo Marley, en las que animó a todos a hacer ciencia con conciencia para ir a Europa con datos y exigir que se cumplan las normativas ambientales porque “La espada de Damocles que pende sobre nuestra cabezas es la pérdida de biodiversidad y el cambio climático y no podemos seguir esperando a que se tomen medidas que en circunstancias normales no van a llegar”.

Esta reunión surgió como reacción ante el plan para la gestión de la cabra montés que elaboraron los responsables del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. Ante el gran número de individuos que viven ahora mismo en el parque, los responsables de su gestión propusieron la eliminación de entre 500 y 700 cabras montesas al año durante 10 años hasta llegar a 5.000. Ante este anuncio el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) inició la primera acción judicial para parar el sacrificio de las cabras. Desde el Observatorio del Lobo prepararon informes periciales y Mónica Olivares, letrada de PACMA explicó el éxito obtenido con este proceso judicial, que, gracias a la solicitud de las medidas cautelares, logró parar el proyecto antes de que comenzara la matanza de cabras montesas. En este sentido, Fernando Palacios, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y fundador del Observatorio, mostró durante su intervención las pruebas que ha recabado en los últimos años, que dan fe de que los lobos ya están depredando sobre la cabra montés en la Sierra del Guadarrama. Gracias a la presencia del lobo se regularán la poblaciones de ambas especies de forma natural y efectiva ya que, a diferencia de los cazadores, los depredadores no matan a los miembros más vistosos de las poblaciones sino a los más débiles. Y es que “la gestión de los ecosistemas no se puede basar en la eliminación injustificada de individuos de especies autóctonas, algo que se realiza con asombrosa normalidad, sin poner en marcha alternativas ecológicas, en los parques nacionales españoles”. 

A la izquierda Mauricio Antón entre el público asistente. A la derecha Mónica Olivares del PACMA durante su intervención

El de la cabra montés es un caso de éxito en la recuperación de especies. La cabra montés desapareció de  la Sierra del Guadarrama y fue reintroducida a partir de 1990. En la actualidad hay dos poblaciones, una más densa en la zona de la Pedriza que mediante análisis parasitológicos se ha comprobado que está en buen estado de salud. Máximo Muñoz Escribano, de la Asociación Estudios del Sistema Central (ASESICE) y de Estudios Territoriales Integrados (ETI) indicó lo beneficioso que sería, tanto para la especie como para los ecosistemas, traslocar individuos de estas poblaciones. “La presencia de cabra montés en hábitats naturales del lobo del Sistema Central reduciría la presión que los lobos ejercen sobre la ganadería”, explicó. “Lo que está claro es que si queremos un ejemplo de lo que no se debe hacer para proteger al lobo y el ecosistema en que vive, solo tenemos que mirar el caso de Ávila y Salamanca donde las políticas de protección a la ganadería no se basan en medidas preventivas sino en el control letal del lobo, a pesar de que es una especie de interés comunitario estrictamente protegida y  prioritaria”, concluyó.

Desde el Observatorio del Lobo, hablaron también Cristina Sanz y José Antonio de la Fuente. La primera destacó la importancia de crear pasos naturales para la fauna que eviten los atropellos (más de 20 en la Sierra del Guadarrama entre 2017 y 2018) y permitan la conectividad ecológica de las grandes infraestructuras como las autovías. “La creación de estos corredores ecológicos ayudaría a paliar los problemas de viabilidad genética a los que ya se ha enfrentado el lobo y el efecto  barrera que impide a la especie colonizar otros territorios”, destacó la bióloga.

Por su parte José Antonio de la Fuente habló del problema del furtivismo, que, en ocasiones, protagonizan las mismas personas responsables de evitarlo. Destacó y  mostró vídeos de cómo el ganado de razas tradicionales como la avileña o la morucha, a diferencia de las vacas que se dedican a la producción intensiva de carne, sí defienden a sus crías de los lobos. También destacó que “La caza indiscriminada de lobos que se da en muchas provincias, provoca la desestructuración de las manadas. Los lobos que se quedan solos terminan atacando en solitario con tendencia a depredar sobre el ganado. De hecho en zonas donde se están respetando las manadas y su estructura, los ataques al ganado doméstico se han visto reducidos”. Su intervención se cerró con imágenes inéditas de un grupo de lobos atacando a un jabalí adulto en el Sistema Central.

Otro de los factores que influyó en la determinación inicial de reducir la población de cabra montés eliminando hasta 5.000 ejemplares, fue la necesidad de mantener plantas autóctonas que viven en áreas determinadas de la sierra. Felipe Martínez García, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid, aclaró que “Aunque el exceso de herbívoros es uno de los principales factores que amenaza a la flora singular autóctona del Sistema Central, los herbívoros son un elemento más de los ecosistemas. Además, dentro de los herbívoros el ganado doméstico es el grupo que tiene mayor carga y ejerce más presión sobre la vegetación, ya que se distribuye sin control ganadero en las zonas donde la flora singular está más presente”. Actualmente en el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama hay 4.000 unidades de ganado mayor.

Por su parte Victoria Sánchez Cascón del Laboratorio de Biogeografía Informática del MNCN mostró con información del GIS del lobo como actualmente las manadas de lobo están cerca de las poblaciones de cabra montés pero apenas se superponen, de ahí que haya que “dar tiempo para que las áreas donde interesa que coexistan ambas especies vayan creciendo”. Gonzalo Monedero, del Observatorio del Lobo, explicó finalmente en qué zonas cercanas del Sistema central en Ávila, Segovia, Madrid y Guadalajara, así como del propio Parque Nacional, se podrían traslocar los ejemplares de cabra montés en beneficio de las manadas de lobo y describió un método de captura para la traslocación de las cabras montesas mucho más económico y eficiente que el que se utiliza en la actualidad.

Cerró la Jornada Silvia Barquero, Presidenta de PACMA que indicó que la recolonización del lobo en el Sistema Central, perseguido anteriormente hasta el borde de la extinción, ha demostrado ser capaz de devolver el equilibrio a los ecosistemas alterados por el ser humano. Asimismo, puso de manifiesto que en PACMA se sigue trabajando para evitar que se maten las cabras montesas y que se maten más lobos. “Es imprescindible conseguir la protección total de este guardián de la naturaleza y para eso es necesario que existan iniciativas de ciencia pública como la del Observatorio del Lobo. Hay que investigar y hacer trabajo de campo que luego pueda servir como apoyo en las demandas interpuestas frente a las malas decisiones de las administraciones”, declaró. 

Ante la ausencia de información fiable, FAPAS lleva a cabo un seguimiento de la población de lobo en la Cordillera Cantábrica mediante la utilización de cámaras de toto trampeo.