El resultado de estas batidas en plenas zonas nevadas son del agrado de aquellos que salen al monte a pegar tiros, a no volver a casa sin pieza abatida.
Hoy, este es el testimonio en Cantabria de la efectividad de la caza cuando el monte está totalmente cubierto de nieve. Los animales tienen muy mermadas sus posibilidades de defensa.
La caza, ese “deporte” que cada vez se practica con mayor crueldad. Por cierto, no escuchamos a la Real Federación Española de Caza posicionarse sobre la actividad “deportiva” de cazar con nieve.
En este caso, el lobo abatido en el entorno donde apareció el osezno herido en Cantabria, es una muestra más de la anarquía cinegética que viven algunas Comunidades Autónomas.