Lejos de ser una solución la caza tal como es practicada actualmente para limitar las poblaciones de jabalí, estudios científicos demuestran que es justo la clave por la que se genera el problema. A mayor caza, mayor crecimiento de la población de jabalís.
Se acusa al jabalí de causar pérdidas millonarias a la agricultura y se pide matar y matar más jabalís. Sin embargo, en países como Alemania está prohibido matar determinados ejemplares de jabalí de los grupos familiares y si un cazador los mata, es denunciado y sancionado “por causar daños a la agricultura”.
¿Cómo es posible?.
Los jabalís poseen grupos familiares muy estables, con áreas de campeo sujetas al refugio y búsqueda de alimento. Lejos de lo que se piensa, estos grupos de jabalís poseen territorios pequeños de los que apenas se mueven si en ellos hay alimento.
Son las batidas de caza lo que los fuerza a moverse a grandes distancias, cruzando carreteras y generando riesgos de accidentes, o forzados a instalarse en nuevos terrenos, se ven obligados a buscar alimento en áreas agrícolas.
Los grupos familiares estables poseen una reproducción muy limitada, evitando un incremento de ejemplares que los desequilibre. La hembra matriarca manda y ordena, ella es la jefa del grupo familiar, con ella viva todo está en orden.
La caza salvaje e indiscriminada que se practica en muchas zonas de España, elimina toda esta estructura biológica del jabalí que responde con un incremento de la reproducción.
A más jabalís muertos, más hembras del grupo familiar que entran en celo y más hembras jóvenes que inician su vida reproductora antes de tiempo según su biología.
Hembras que inician su reproducción con tan solo uno o dos años de edad y partos dobles a lo largo de un solo año, están entre las consecuencias del incremento de la población de jabalí a causa de una caza indiscriminada que ignora la biología de esta especie. Las administraciones responden sin embargo ante esta situación con criterios de gestión más y más alejados de los requerimientos biológicos del jabalí. Matar más y matar todo lo que se ponga a tiro de escopeta.
Matar más para ofrecer la imagen de tratar de solucionar el problema. En todo caso, evitar responsabilidades sobre problemas tan serios como los accidentes de tráfico.
Un riesgo que sufren los conductores a causa de la práctica desordenada de una diversión; la caza.
CAMPAÑA DE DENUNCIA
FAPAS va a iniciar una campaña de denuncia de esta situación, así como de otras especies de la fauna salvaje.
Defender a la fauna de que las especies no son problemáticas ni peligrosas. Solamente la ineficaz gestión de la Administración las convierte en un riesgo. La caza es un ejercicio que necesita una profunda revisión con algunas especies, es el caso del jabalí. Él no es el culpable, la culpabilidad la tiene su nefasta gestión cinegética.
SÁBADO 1 DE JUNIO
FAPAS en colaboración con otras entidades va a participar en el seminario sobre Ecología y Biología del jabalí.
Si estás interesado, no te lo pierdas.