El seminario sobre el Jabalí en el que FAPAS participó junto con otras entidades, ha dado lugar a que aflore la grave problemática que la caza mantiene sobre esta especie.
No tenemos que ocultar que estos seminarios en los que FAPAS participa desde hace años con otras entidades está precisamente muy vinculado a la caza. Hemos hablado sobre el lobo, cursos de manejo de cámaras y otras actividades. Todas ellas dirigidas principalmente a la Guardería de los Cotos de Caza y sectores cinegéticos.
Esta última que hemos celebrado, las federaciones que aglutinan al mundo de la caza en Asturias han boicoteado el acto no asistiendo, precisamente por la presencia de FAPAS. Bueno, no asistir no quiere decir que no podamos hablar, así que lo hemos hecho.
Quizás hablar de caza y especies cinegéticas, algunos crean que es privativo exclusivamente del mundo de la caza y no de los conservacionistas, para nosotros tenemos ya las especies protegidas, las de caza para los cazadores.
No es así. Las especies consideradas cinegéticas son clave en el mantenimiento del equilibrio entre poblaciones de predadores/presa. No pueden ser gestionadas, en especial en los espacios protegidas, única y exclusivamente desde la óptica cinegética, no son de su propiedad. Y la fauna silvestre en general no es propiedad exclusiva de ningún grupo, cazador o ecologista, es un patrimonio de toda la sociedad.
Varias organizaciones se han puesto en contacto con nosotros, alentados al hablar de esta problemática quizás por primera vez desde la perspectiva de organizaciones de conservación de la naturaleza.
La gestión de jabalí comienza a preocupar, no es posible que las Administraciones Públicas manejen la gestión de la fauna, única y exclusivamente “ a tiro limpio”, cuando esta estrategia agudiza aún más el problema. Caza y política van íntimamente unidas en su gestión. Más caza en el mundo rural, más votos del mundo rural a quienes la promocionan, vulnerando procesos ecológicos complejos.
Esta plataforma nos escribía con motivo del seminario y nos decía:
Desde el pasado mes de diciembre, ante el anuncio de la XUNTA DE GALICIA de inicio de un "plan de control" de jabalíes en el entorno municipal de Lugo, venimos desarrollando acciones de presión ante la Xunta para lograr más información sobre cómo se elaboran estos planes y reclamar la elaboración de planes refrendados por estudios serios reales que pongan en juego diferentes medidas preventivas de posibles daños y valoren y prioricen el uso de medidas no letales.
Así que como anunciamos, iniciamos campaña para hablar de esta problemática del jabalí que todas las Administraciones tratan de solucionar dando satisfacción al sector cinegético a que participe a solucionarlo a tiros. A tiros no se soluciona, se recrudece aún más el problema.
ARTÍCULO DE OPINIÓN SOBRE EL JABALÍ PUBLICADO EN LA PRENSA REGIONAL DE ASTURIAS
1ª parte.
Los medios de comunicación llevan años recogiendo informaciones sobre la evolución en Asturias de algunas especies de fauna salvaje, catalogando de superpoblación su presencia en la región.
El planteamiento es si es cierto que hay superpoblación de estas especies y si la hay, cual es la razón. El jabalí es posiblemente el caso más sintomático por cuanto el número que la Administración Regional estima es de 60.000 ejemplares, lo cual a vistas de un profano en biología puede parecer una cantidad desmesurada y además, es la especie salvaje de mayor tamaño que convive de manera más cercana con los ciudadanos.
Y comento el término ciudadano en el sentido más estricto, el de la ciudad, puesto que haya jabalís en los entornos humanos rurales es algo de lo más normal, dadas las condiciones ecológicas de nuestra región.
Es seguro que la inquietud social por la presencia del jabalí viene dada por su abundancia y cercanía a entornos urbanos, fenómeno que no solamente se da en Asturias, también muchas ciudades de Europa se encuentran en la misma situación, por tanto no es un problema local, es global.
Arduo sería establecer las razones por las que la fauna salvaje se asienta en entornos urbanos en cada ciudad, en el caso de Asturias, factores como la pérdida de actividad agraria y la renaturalización de terrenos que pasan a tener vocaciones de ocio o montes que carecen de ninguna actividad más que desarrollarse de manera natural en función de la vegetación que poseen y el buen clima de la región son magníficos hábitats para el jabalí, así como la ausencia de riesgos al ser zonas donde está prohibida la caza.
Parece razonable que esta abundancia de jabalís sea objeto de una gestión que permita contener el número de ejemplares, bajar la población y evitar conflictos con los ciudadanos y sus intereses. Y esa razón, se esgrime y practica de manera contundente en Asturias a través de la caza, vulgarmente dicho de otra manera, a tiro limpio.
Pero parece que el problema no solamente no remite, sino que se incrementa y por tanto se pida cazar más y más. ¿Es la caza indiscriminada la solución?. Así parece que lo considera el actual Gobierno Regional, responsable de la gestión problemática del jabalí.