El Gobierno de Asturias ha  decidido, ya sin ninguna duda, paralizar  la estrategia de conservación del oso pardo, es más,  sospechamos que ha iniciado las primeras acciones para situar a esta especie en el punto de mira de las armas de fuego al trasladar toda su gestión  al Servicio de Caza.

 

Una sibilina campaña de   imagen  del lobo asociada a los daños ha sido la referencia para llevar a esta especie  a la aniquilación total de  todos los ejemplares que se puedan matar. Crear un estado de opinión social que  respalde las iniciativas de un Gobierno Regional  con una fuerte dependencia de un sindicato ganadero. Hacer de la matanza de lobos una  campaña política para obtener votos del mundo rural. Ahora le toca al oso.

El oso en el punto de mira del Gobierno de Asturias.

2020  es el primer año en el que la presencia  del oso  es utilizada en Asturias para comenzar una campaña que tiene su precedente en el lobo. Hacer del oso una especie asesina incompatible con el mundo  rural. Una campaña oscura asociada a intereses ganaderos y sindicales a los que el Gobierno Regional de Asturias no se opone y  contempla con complacencia.

Un paso  adelante para abrir la caza del oso.

Llevamos años escuchándolo, osos problemáticos, osos asesinos, en realidad estrategias que  sirven a otros intereses como  solicitar ayudas europeas para crear patrullas anti osos, equipos privados de vigilancia de osos problemáticos,  osos que se acercan a los pueblos y  a los que hay que impedir que se acerquen…

En definitiva, llevamos años escuchando que el incremento de la población osera   va a generar cada vez mayores conflictos entre osos y humanos.  Pirineos ha sido  una experiencia previa a la Cordillera Cantábrica, solicitando eliminar osos radiomarcados que en su seguimiento arrojaban datos sobre el proceso de alimentación natural de consumo de carroñas, asociando intencionadamente cada  consumo de un animal muerto a un ataque.

Asturias ha iniciado el mismo camino, lento, pero  que de mantenerse dará lugar a que en 2 ó 3 años la sociedad tenga la percepción de que el oso es un  peligro para las personas y un problema  que hay que eliminar para salvaguardar  al mundo rural.