Conocemos todo sobre los lobos de determinadas zonas de América, pero el lobo ibérico es un gran desconocido.
Por eso es tan difícil defenderlo.
La presencia de los lobos en un territorio, es sospecha inmediata por parte de los vecinos de que “los han soltado”. Las Administraciones planifican sus matanzas en función de que matándolos “no vuelven”.
El “control de lobo”, tal como lo llevan a cabo las Administraciones a través de los métodos que autorizan para matar lobos, ha sido y es hasta ahora en España, una decisión “ciega”. Se mata aquello que primero se pone delante de una escopeta o un rifle sin tener en cuenta ningún aspecto relacionado con su biología o ecología.
Pero es cierto que también en España ha habido trabajos de investigación sobre el lobo. Normalmente, encargados por administraciones públicas.
La colocación de emisores a lobos capturados, es y ha sido una de las actuaciones que se han llevado a cabo en varias partes de España.
Actualmente se está realizando en Asturias, pese a que el Gobierno Regional ha decidido matar todos los lobos en determinadas áreas, en concreto donde están llevando los trabajos de investigación., pero nada ha transcendido de los resultados de este supuesto trabajo científico con el lobo.
Pero el detalle más significativo es que estos trabajos de investigación nunca son divulgados. Es decir, nadie se entera ni de para qué sirven ni que detalles de investigación se obtienen con ellos. Y mucho menos para que posteriormente sean utilizados en una gestión conservacionista del lobo.
Por qué nadie nos dice cuanto tiempo tarda un lobo en llegar desde la cordillera Cantábrica a la costa. ¿Podrá hacerlo en solo unas horas?. Si es así y se explicase, quizás la gente entendería que nadie suelta lobos, que tienen cuatro patas y una velocidad determinada que ya ha sido descubierta, que recorrer ciertas distancia que para una persona nos parece un gran esfuerzo, para un lobo no lo es.
Pero no sucede lo mismo en otros países, donde el lobo también es polémico y se encuentra en expansión.
Alemania es un claro ejemplo, la presencia del lobo es cada vez más intensa en un país, precisamente más humanizado que España y con ecosistemas de menor calidad ambiental, pero lo protegen, lo estudian y lo que es muy importante, lo divulgan.
Aunque sea una información muy básica, es lo suficiente para interpretar los grandes errores que se están cometiendo en la gestión del lobo, Asturias ha sido un ejemplo excepcional de este error.
La presencia de lobos y de daños al ganado doméstico, ha generado una actitud histérica en un sector con escasa información ambiental como es el ganadero. Y La obsesión es siempre la misma, ¿quién suelta a los lobos?.
Lejos de responder, orientar y ofrecer razonamientos válidos, la respuesta es la misma, matar. Salvan el enfado momentáneo de quien sufre daños, pero pasaran pocos meses para que esos daños se reproduzcan y nuevamente el afectado y su entorno rural vuelva a clamar al cielo “ya los han vuelto a soltar”, sin llegar a comprender la enorme capacidad que tiene esta especie para desplazarse.
Los lobos ibéricos poseen comportamientos que creemos que conocemos pero que en realidad desconocemos en muchos aspectos o tendemos a considerar que lo que sabemos de una zona de España es válida para otra.
Curiosamente, las administraciones que más lobos sacrifican, son precisamente aquellas que tratan de evitar cualquier tipo de estudio y trabajo sobre el lobo. Algunos investigadores, los que más sobresalen, pocas veces les vemos compartir sus conocimientos, salvo que accedas a una publicación científica en inglés.
La desinformación siempre ha sido un arma muy utilizada por los mediocres, una especie de autodefensa para evitar que nadie les ponga en entredicho.
EL LOBO UN GRAN DESCONOCIDO from FAPAS on Vimeo.PRÓXIMA PUBLICACIÓN DEL FAPAS