CAZA FURTIVA CON PERROS AL BANQUILLO DE LOS ACUSADOS

Ayer, se ha celebrado el juicio en Palencia.

Este es el día a día de la lucha por la conservación de la naturaleza del FAPAS

Los tres hombres para quienes el Ministerio Público pide una multa de 5.040 euros para cada uno de ellos y la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de caza o pesca por un tiempo de cinco años, como presuntos autores de un delito contra la fauna, después de que supuestamente cazaran de forma furtiva en el Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, aseguraron ayer en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal de Palencia que el presunto día de los hechos, el 6 de diciembre de 2017, estuvieron en sus respectivos domicilios.

Los hechos se remontan a ese día, cuando, según el fiscal, entre las 17:00 y las 20:00 horas, A. G. O., de 37 años; Ó. C. C., de 47, y V. A. C. C., de 54 (este último con antecedentes penales cancelados por delito contra la fauna y los dos primeros también con antecedentes penales pero no computables a efectos de reincidencia), se dedicaron en el paraje de Hontanillas, perteneciente a la junta vecinal de Casavegas, que depende del municipio de La Pernía, «de manera concertada y siendo conscientes de lo prohibido de su actividad, a la caza mayor de jabalíes utilizando perros adiestrados para dicha función».

«Para llevar a cabo dicha actividad cinegética, utilizaron la modalidad de caza denominada 'ronda', realizándose de noche, con la única ayuda de perros y un cuchillo de caza. Uno de los perros marcaba a los jabalíes y los otros los agarraban. Una vez localizados y parados los jabalíes, les daban muerte con el cuchillo», señala el fiscal en su escrito de acusación. «De esta manera, los acusados se encontraron con una hembra de jabalí con seis jabatos y, dirigiendo a sus perros, lograron matar, como mínimo, a una hembra de unos 60 kilos, a un jabalí bermellón de unos 20 kilos y a un tercer jabalí que fue introducido por Ó. C. C. en el vehículo de los acusados», añade el Ministerio Público.

«Los acusados llevaron a cabo su actividad en una fecha en la que había una gran cantidad de nieve, en una zona catalogada como reserva regional de caza, sin autorización alguna y con un método de caza prohibido al no ser un método selectivo, puesto que los perros pueden amarrar y cazar cualquier especie cinegética o en su caso especie protegida», concluye el fiscal.

Con su madre y su tía

El acusado Ó. C. C. aseguró ayer que ese día se encontraba en su casa en Santa María de Redondo «con mi madre y mi tía», que estuvo allí toda la tarde hasta que se fue a trabajar por la noche a Aguilar, a pesar de que al día siguiente fuese festivo. Dijo además no conocer ni haber estado en el paraje de Hontanillas, y que el vehículo que figura en la denuncia como el que estaba allí el día de los hechos es de su hermano, V. A. C. C., también acusado, que él no lo usa y que no es cazador ni tiene licencia ni permiso de armas. «Tengo cuatro perros, pero no son peligrosos», añadió Ó. C. C., que afirmó no tener «ninguna explicación para que los guardas forestales me sitúen en el lugar de los hechos». «Conozco al denunciante, el guarda de Fapas, de vista, y a los celadores de la Junta que han hecho los informes. Uno de ellos era amigo, pero discutimos y ya no lo somos», agregó Ó. C. C., que en relación a uno de sus perros, Angus, que fue captado en un vídeo y fotos en el lugar por el guarda de FAPAS, dijo que no podía determinar si era él o no y que sus perros «están sueltos, los tenemos para cuidar y entran y salen».

Por su parte, V. A. C. C., hermano del anterior, señaló igualmente que estuvo en casa ese día, también en Santa María de Redondo, aunque no se acuerda con quién, que es el que anda con el vehículo aunque está a nombre de su padre, que no es cazador ni tiene licencia y que conoce a los guardas forestales y no ha tenido ningún problema con ellos. «No tengo ni idea de por qué me sitúan allí, pero yo ando por la zona porque tengo un negocio, un hotel», agregó V. A. C. C., que dijo no tener perros.

El tercero de los acusados, A. G. O., declaró por su parte que ahora vive en Lebanza pero que antes residía en Lores, «a unos diez minutos de Casavegas», y que el 6 de diciembre de 2017 estaba igualmente en casa. «Trabajé de mañana, cuando estoy de mañana como y siempre me echo la siesta. Estaba solo», apostilló el acusado, quien, preguntado por el fiscal por qué en su declaración ante la Guardia Civil dijo que estaba con su novia, aseguró que «si dije que estaba con ella, estaría». Comentó también que, a pesar de ser festivo, trabajaba, y que no vio a Ó. C. C. en todo el día.

«No soy cazador, tengo dos perros pero son de compañía. Los perros de Ó. C. C. tampoco son peligrosos, yo tengo una niña de quince meses y no he tenido ningún problema con ellos», añadió A. G. O., que incidió en cómo con los agentes forestales había tenido problemas porque su novia tenía una perra que ellos se la robaron. «Esto es una mentira muy grande, yo estaba tranquilamente en casa y no sé por qué me han metido en el ajo», añadió.

En el juicio declararon también el guardia civil que hizo el atestado y el jefe de la unidad que recogió los hechos que denunció J. M. M., el guarda particular de FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes). J. M. M., que dijo tener con los tres acusados una relación de vecindad y no tener problema alguno con ellos, relató que el día de los hechos se encontraba en el paraje de Hontanillas con motivo de un oso pardo al que días antes se le había disparado y no había sido encontrado.

«Escuché chillidos de un animal y observé luego el lance con perros y gente que hostigaba a los jabalíes. Grabé con una cámara un episodio de un perro con un jabalí y vi a dos personas, A. G. O. y Ó. C. C., si bien había otra persona en el coche. Uno de ellos, A. G. O., metió un jabalí en el coche y yo tomé fotografías del vehículo, pero no pude ver a la otra personas que estaba dentro. Luego llamé al Seprona, yo no participé en ningún dispositivo de seguridad», comentó J. M. M., que insistió en que todo el material gráfico era del día 6.

Un jabalí arrastrado

Por último, el celador de la Junta L. Á. C. declaró por videoconferencia que tuvo conocimiento de los hechos por una llamada perdida de J. M. M., a quien llamó al día siguiente y le dijo que había observado a personas y perros en Hontanillas. «Me acerqué a la zona y encontré el rastro de un jabalí arrastrado por perros, así como una hembra y una cría muertas, con heridas de mordiscos y cuchillos», agregó el celador de la Junta, que a través de la nieve aseguró que en la zona había hasta cuatro personas.

El fiscal elevó ayer a definitivo su escrito de conclusiones provisionales y mantuvo la petición para cada uno de los acusados de una multa de 5.040 euros y la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de caza o pesca por un tiempo de cinco años, como presuntos autores de un delito contra la fauna. Por su parte, el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma), que está personado como acusación particular, solicita para cada uno de los tres acusados una multa de 10.800 euros y la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de caza o pesca por un tiempo de cinco años.