Las brañas de alta montaña poseen un especial atractivo entre el paisaje y la cultura del mundo rural

 

 

Y aunque en el FAPAS una de las principales actividades es la plantación de árboles, hoy nos ha tocado trabajar en cortarlos.

 

No, no hemos cambiado de estrategia en conservación de la naturaleza, pero la posibilidad de  continuar con el proyecto de mantener  caballos asturcones en plena naturaleza nos   ha llevado a poner en marcha la restauración de una de nuestras cabañas de alta montaña.

 

Son las brañas de Teverga, que recordando  al imaginario mundo de Asterix, aquí aún perviven y son utilizadas para   mantener el ganado mientras que el tiempo lo permite,  entre los meses de  Mayo a Octubre o Noviembre.

 

Las cabañas de teito, que así se llaman por estar recubiertas de materia vegetal en vez de tejas, conforman uno de los paisajes más espectaculares de la cordillera cantábrica a la vez que  nos recuerdan que su construcción   se remonta a las épocas en las que ya no es posible mantenerlo en la memoria.

Brañas milenarias donde el hombre  mantuvo unas  actividades  que  se han vinculado a procesos ecológicos que no deberían de desparecer.

Una de estas cabañas a más de 1.500 metros de altitud, es propiedad del FAPAS. Y lamentablemente,  se encuentra desde los años 70 abandonada y sin uso.

Después de tantos años de abandono y nieve por el invierno,   ha llegado hasta nosotros en este lastimoso estado de ruina,  adornada por unos cuantos abedules que protegidos por los viejos muros, han sobrevivido al ramoneo del ganado.

 

 

Ahora nos toca poner en marcha su restauración que empieza lamentablemente por cortar los  grandes abedules que han crecido en su interior.

Ha sido un día de trabajo aprovechando el buen tiempo de esta semana  que ha retirado la nieve caída días atrás. 

Todo el equipo de FAPAS ha trabajado de manera intensa para  retirar los árboles del interior de la cabaña. Una vez limpia, podremos plantearnos  a partir de la primavera del año que viene   comenzar con su reconstrucción.

Y el resultado final de nuestra jornada de trabajo de hoy, es que la cabaña presenta ya un aspecto  más de construcción humana.

Pero. ¿Para qué queremos una cabaña en una zona de alta montaña?.

Evidentemente se trata de  recuperar una propiedad del FAPAS, pero a su vez destinarla a una actividad vinculada con la conservación de la naturaleza. 

La cabaña será utilizada    como apoyo a la actividad ganadera del FAPAS. Sus caballos asturcones que este año se encuentran ya pasando todo el verano y el otoño en los pastos de alta montaña podrán disponer de un refugio en una de las zonas más duras cuando llega el frío.