Reciente manifestación de ganaderos 

Los trabajos de investigación sobre ecología del lobo,  evidencian claramente que el modelo de gestión basado en controles anárquicos e indiscriminados no ponen solución al  conflicto de los daños causados por estos cánidos en Asturias, al contrario,  en las zonas de alta montaña los incrementa.

Esta situación es la clave para entender la crispación a la que  se llega en determinadas zonas del mundo rural, en un conflicto sobre la presencia del lobo y los daños causados a la ganadería.

La Consejería que dirige Fernando Lastra, se niega a tomar ninguna otra iniciativa práctica que conlleve a aminorar el conflicto, entre  ellos, la puesta en marcha de equipos especializados de comprobación de daños que permita un peritaje experto y lleve a los intentos de fraude al juzgado.

No es aceptable, tal como está  aplicando el Gobierno Regional, un   estricto mutismo ante reclamaciones claramente políticas efectuadas por sindicatos o por  ganaderos que  reciben subvenciones de la Política Agraria  Común de la Unión Europea y que establece que estas ayudas deben de estar asociadas a las buenas prácticas agroambientales.

En este sentido es clamoroso el silencio ante  reclamaciones de ganaderos que reciben ayudas por cuantías  de hasta 7.000 euros al mes y  magnifican los daños de lobo como un argumento que impide  su actividad económica.

El conflicto del lobo está ofreciendo a la ciudadanía una imagen falsa sobre la realidad de esta especie y  está calando en el sentimiento de que    conservar a la biodiversidad es contrario a determinados intereses económicos de la sociedad rural. Nada más lejos de la realidad.

Lobos comiendo de una carroña de oveja. Esta imagen daría lugar a valorar esta situación como un ataque, sin embargo no es así, la oveja    murió por causas naturales. 
Las reclamaciones falsas son la piedra angular para resolver el conflicto del lobo. Pero desde hace años, la Administración nunca se ha querido enfrentar a este problema con buenos equipos de identificación de daños
o denunciar los intentos de  fraude.  Pagarlo todo era la estrategia para conseguir el voto rural. Ahora, ese voto sigue reclamando. ¿Qué parte de la reclamación es  justa y cual no?.

Los daños  del lobo sobre el territorio asturiano son en la actualidad similares a los de hace décadas, a excepción del área de los Picos de Europa.  La comprobación,  tasación y pago de los daños de manera correcta debería de ser entendido como un  complemento de apoyo  a una actividad que ya recibe importantes ayudas de la Unión Europea como es la  actividad ganadera.

Sin embargo,  la Administración  asturiana nunca ha llevado a cabo una política de  sensibilización rural explicando los condicionantes ambientales que supone recibir esas ayudas europeas. Al contrario, la inmensa mayoría de los perceptores de las ayudas, desconocen qué compromisos ambientales  contraen al recibir el dinero comunitario, cayendo en la creencia de que es dinero que reciben de la Administración Regional o los ayuntamientos en función de condicionantes políticos.

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