Una sucesión de fuegos que cuando se producen alarman, pero cuando se piden responsabilidades, todos los políticos miran para otro lado.
Son los territorios que nunca salen fotografiados ni sirven de atractivo para la llamada turística del Asturias Paraíso Natural. Son los territorios de los que se olvidan hasta los fotógrafos de osos que solo buscan un pedazo de carne con pelo para alardear de sus habilidades con las cámaras y tener una fotografía mejor que el de la competencia, vamos su amigo.
Son territorios donde el FAPAS, cuando a casi nadie le interesaba el oso, plantaba ya cerezos para favorecer su presencia en estas montañas y ahora, revisando tanta destrucción, descubrimos que la casi totalidad de nuestros cerezos, plantados solo con el apoyo de los socios, están ahí, creciendo y dando frutos.
Habrá que seguir plantando…