Y ¿Cómo nos abastecemos de semillas?
Como lo que buscamos es un alto porcentaje de éxito, nada mejor que aprovechar los recursos naturales que tenemos a nuestro alcance, además, de esta manera, nos aseguramos trabajar con especies que están completamente adaptadas a la región.
Nuestras salidas a campo nos permiten seleccionar y recolectar las semillas que más se ajustan a nuestras necesidades: árboles maduros, con mayor producción de fruto, más resistentes a plagas y enfermedades, etc.
Una vez que contamos con las semillas, y llegado el momento, procedemos a la germinación de estas. Esta fase tendrá lugar en el invernadero y para ello solemos utilizar tres tipos de sistemas: el de bandeja con alveolos, el de bolsa, o el de bandeja lisa.
Cuando la planta ya ha germinado y se ha establecido la trasladamos al exterior, al área de endurecimiento. Aquí los tejidos se endurecen y las plantas se adaptan a las condiciones climáticas de la zona, seguirán con el crecimiento pero ya de una forma más lenta.
Ahora toca esperar que alcancen la medida y diámetros adecuados, y por supuesto, también debemos de asegurarnos de que las raíces han colonizado todo el cepellón. Estarán entonces listas para ser trasladadas al lugar donde serán plantadas.
Seguro que nuestra fauna está encantada de que nuestro vivero esté funcionando a toda máquina, y nosotros también al ver que la producción de Frutos para el Oso sigue incrementándose a buen ritmo.