Podría parecer la fotografía de una selva en África, pero no, es la costa cantábrica. Tanto nos hemos acostumbrado a esta imagen que para muchas personas es el paisaje más bonito que se puede observar. Verde, frondoso, húmedo, creen que es un auténtico bosque.

Los restos de plantaciones de eucaliptos que no se cortan por   no tener valor comercial, con el tiempo se convierten en grandes árboles que resulta  costoso eliminarlos y si no se eliminan no solo  permanecerán ofreciendo un paisaje que no es el original, con un suelo cubierto de hojas que no se descomponen, absorbiendo el agua del suelo y secando fuentes,  lanzando semillas  permanentemente que darán origen a nuevas plantas de eucaliptos.

 

EUCALIPTOS NON

Es un viejo eslogan del ecologismo que desde hace décadas clamaba por la erradicación de esta planta. Pero mientras se clamaba en el desierto, miles de hectáreas  cubrían de nuevo terrenos  que  pertenecían a robles o castaños. La radicalidad del ecologismo que pretendía la eliminación total del eucalipto  no ha llegado más que a esgrimir un eslogan con pocos  resultados prácticos.

FAPAS, fiel a su estrategia desde que nació en el año 1.983, pasa a la acción en cada una de sus campañas. En este caso, lo eucaliptos que no sirven para nada, deben de ser eliminados.

Estas últimas semanas hemos estado muy entretenidos supervisando la corta de unos  7.000  eucaliptos en el área  costera del Concejo de Ribadedeva, donde con la colaboración del Ayuntamiento y la Fundación EDP,  estamos eliminando todas  las plantaciones que ocupan terrenos  municipales.

Tarea   que como vemos, es necesario llevar a cabo con maquinaria pesada que va  cortando  los troncos, troceándolos y cargándolos en camiones para su transporte.

Detrás, vamos  a pie, y uno a uno, cada tocón de eucalipto es tratado con una solución salina para evitar que rebrote. Una tarea que parece sencilla pero que en la maraña de restos vegetales que suceden a la corta, se convierte en un trabajo penoso, no exento de dificultad para encontrar cada uno de los tocones.  

La solución salina está coloreada y de esa forma es posible ir marcando  cada tocón tratado.

Y en muchas ocasiones las máquinas no llegan hasta  donde están los árboles. Entonces el tratamiento  hay que hacerlo directamente sobre  cada tronco, inyectando el líquido salino que en unas semanas dejará seco el árbol y  permanecerá en pie durante mucho más tiempo hasta que la podredumbre  y la fauna invasora acabe con ellos.

Finalmente todo el proceso no  quedará finalizado hasta que los eucaliptos secos no desaparezcan y los árboles que estamos plantando hayan creado un nuevo  bosque autóctono.

Pasarán años, bastantes, pero  si no se hace, nunca será posible conseguir el cambio.

Aunque esta imagen esconde un pequeño gran éxito. Hace tres años aquí había eucaliptos, ahora  despuntan ya especies   características de estos ecosistemas cantábricos. Vuelve después de décadas de presencia de eucaliptos, el bosque autóctono.

 

Con la colaboración de:

  Ayuntamiento de Ribadedeva