Aunque el FAPAS denuncie que el censo de osos en la cordillera Cantábrica se encuentra bajo sospecha de malas intenciones tratando de aumentar su número para ofrecer una buena imagen del uso del dinero que se recibe, esta situación no debe de oculta la realidad.
Los osos que controlamos nos permiten aportar datos contrastados y a la vez disfrutar de su presencia.
Cuando vemos que las pequeñas crías han sobrevivido, es un punto positivo más en la recuperación de esta especie.