El 1 de Septiembre se inicia la temporada de caza en las Reservas de la Biosfera, territorios a los que se les presupone deberían de estar bajo una especial atención a la conservación de la biodiversidad.
Sin embargo no es así, y tanto la coincidencia en estos territorios de Reservas de la Biosfera como el título de Parque natural, la lamentable realidad es que prevalece el interés que supone la caza, puesto que estos territorios son también Reservas Regionales de Caza.
No solamente la consideración de estos espacios bajo su catalogación de protección de la naturaleza no son atendidos de manera específica por el Gobierno Regional de Asturias, si no que en materia de conservación y protección de especies amenazadas como es el oso pardo, se permite la caza en las áreas críticas para esta especie.
Así lo contempla la propia disposición del Gobierno de Asturias de manera oficial, para la Disposición General de Vedas:
4.3.—Protección del oso. En aquellos territorios que se encuentren dentro de las áreas críticas de oso pardo según establece la Resolución de 3 de julio de 2003 de la Consejería de Medio Ambiente por la que se aprueba el catálogo de áreas críticas de oso pardo en el Principado de Asturias en su apartado a) punto 1.º, la única modalidad cinegética permitida entre el 1 de diciembre y el 15 de agosto será el rececho.
Es decir que desde el 1 de Septiembre y el 30 de Noviembre, se podrá realizar todo tipo de cacerías, incluidas las agresivas batidas de jabalí en las áreas críticas especialmente delimitadas para la protección de los osos.
Esta es la lamentable realidad de la gestión de la biodiversidad en el propagandístico “Paraíso Natural, asturiano.
¿Qué hacen los osos ahora?.
Es tiempo de arándanos
En el interior de los bosques de robles y abedules, el sotobosque está formado por arandaneras que producen uno de los alimentos más interesantes en la dieta del oso en verano.
La necesidad de mantener estos lugares tranquilos en las áreas de máxima protección es una garantía de conservación del oso pardo.
El Gobierno de Asturias, con una clara intencionalidad de comenzar a poner trabas al afianzado crecimiento de la población osera, ha puesto en marcha la iniciativa de no dejar absolutamente nada del territorio protegido para salvaguardar a esta especie.
Del millón de hectáreas que forman el paisaje asturiano, solo se libran de la actividad cinegética los terrenos declarados como zonas de seguridad y unas pocas áreas declaradas refugios de caza, el resto del territorio, incluidas las áreas críticas para la conservación del oso pardo, se convierten en un inmenso coto de caza.
En septiembre se inicia la emisión del programa de TV FAPAS EN ACCIÓN