La capacidad de observar la vida oculta del oso pardo en las montañas cantábricas, pone al descubierto su actividad y a su vez nos permiten conocer con mayor detalle su comportamiento.
Pese a la nieve y el frío, un macho dominante sigue utilizando el territorio y marca su presencia para que el resto de congéneres conozcan que ha pasado por allí, señal de que no solamente él está activo.