Esperemos que sea un cambio de estrategia para bien. Como ha denunciado el FAPAS a lo largo de los últimos años, la población de osos del núcleo oriental cantábrico, se encuentra en grave riesgo de extinción. La política de administraciones y organizaciones no gubernamentales vinculadas o sometidas a los intereses del juego de las subvenciones, no se puede sostener.
Año tras año, las evidencias son palpables y no se pueden mantener las informaciones falsas del doble conteo de hembras reproductoras para aparentar que la población osera oriental evoluciona favorablemente. No es cierto.
Primera reintroducción en el área oriental.
Es una buena noticia, tras el absoluto silencio administrativo desde que se recogió la cría de oso en santo Adriano en el pasado mes de Mayo, a no más de 500 metros de la sede del FAPAS.
Ahora conocemos que la osezna, una vez recuperada, ha sido devuelta a la libertad y reintroducida en un lugar de gran valor biológico de los Picos de Europa, ya dentro del área osera oriental, donde si todo va bien, se podrá incorporar como reproductora en la zona asturiana, donde en la actualidad no existe ninguna reproducción.
LOS OSOS NO SON UN JUGUETE
Esta liberación, se corresponde con una necesidad evidente de conservación del oso pardo, la de reforzar el exiguo núcleo oriental.
Lamentablemente, no ha sido así con los oseznos que en los últimos años han aparecido en Asturias, todas hembras y que ya podían haber reforzado este núcleo oriental.
FAPAS, en cada caso, solicitó que las reintroducciones a la naturaleza se llevaran a cabo en la zona oriental.
Pero como sucede cuando la gestión de la biodiversidad está bajo controles políticos y no técnicos o científicos, las actuaciones se realizan para cumplir otros objetivos.
La privatización de los osos, como fue el caso de Villarina, reintroducida en Somiedo por la presión de un alcalde que no quería perder el protagonismo y la imagen mediática que generan estas situaciones.
Confiemos que a partir de ahora, la estrategia de conservación de los osos cambie y estos oseznos que son recogidos y recuperados, pasen a formar parte de un plan que recoja las verdaderas necesidades de conservación de la especie.