Obtener información real sobre la evolución de la población osera no es sencillo ya que exige un gran esfuerzo de trabajo que permita contrastar las informaciones que periódicamente salen en los medios de comunicación. La información de los Gobiernos Regionales donde hay osos está condicionada siempre por intereses políticos que justifiquen la buena gestión, la que ofrecen fundaciones que reciben cantidades millonarias de la UE, por la necesidad de justificar ese dinero a través del éxito permanente de los proyectos realizados.
FAPAS, de manera totalmente independiente y con medios propios, desarrolla su constante trabajo de seguimiento de la población osera desde hace treinta años, año a año, obteniendo resultados e información de cómo está evolucionando la población de osos cantábricos.
No tenemos capacidad de controlar el 100% del territorio, pero sí lo que se considera el núcleo reproductor más importante, con una superficie de algo más de 2.000 kilómetros cuadrados donde el personal de FAPAS recorre día a día el monte, revisa cámaras y obtiene información real y medible.
Este año 2021, aunque el control de osas reproductoras no será fiable totalmente hasta la primavera del año que viene, ya se ha detectado la presencia de 14 hembras que han parido 22 crías. Esta es una cifra a la baja, ya que hace 2 años (2019) el censo que se correspondería con el del presente año (2021) ofrecía unos datos mayores, de 22 hembras reproductoras y 40 crías nacidas en estos mismos territorios. Por experiencia, valoramos que este año la reproducción no se va a equiparar a la de años pasados.
En el trabajo de censo de osas reproductoras el seguimiento de las crías nacidas es muy importante, lo es especialmente comprobar su supervivencia. FAPAS tiene capacidad de hacer este trabajo y constatar qué osas pierden a sus crías, para reflejar esos datos posteriormente en los censos definitivos. Normalmente, los datos oficiales nunca restan las pérdidas, lo que falsea el resultado final.
¿QUÉ ESTA PASANDO?.
Vemos con preocupación un cierto estancamiento de la reproducción a escala general en estas áreas de Asturias. Se mantiene la lenta inercia de los núcleos reproductores de expandirse hacia nuevos territorios, cuando no la pérdida de reproducción en algunas zonas donde antes ya existía; es el caso del Parque Natural de las Ubiñas- La Mesa en Asturias, donde FAPAS detecta de manera permanente una acción continuada de caza furtiva muy importante, al margen de otros problemas como los de cazar legalmente sin vigilancia pese a ser espacios protegidos.
PRESENCIA DE JÓVENES
En cambio, sí hay una presencia importante de hembras inmaduras aún no reproductoras que se deberían incorporar y hacer incrementar el número total de osas reproductoras, pero lo que vemos, es que en algunas zonas como Teverga estas hembras jóvenes no van a incrementar esa población reproductora, sino a sustituir a las hembras que ya se reproducían y que han desaparecido, muy posiblemente abatidas a tiros.
LA EXPANSIÓN HACIA EL SUR
La capacidad de controlar los enormes territorios desde las montañas cantábricas hasta la frontera de España con Portugal es muy escasa y los datos de presencia de osos siguen vinculados siempre de manera mayoritaria a los daños en colmenas.
Este año, el trabajo de FAPAS en la comarca de Omaña permitió la recogida de muestras - pelos dejados por los osos al entrar en los colmenares- para su análisis e identificación genética a través del trabajo de colaboración que FAPAS lleva a cabo con el Departamento de Genética de la Universidad de Aveiro.
Esta información nos va a permitir comprobar si realmente esta presencia osera es importante, o si se trata de pocos ejemplares, principalmente inmaduros, que andan de un lado para otro visitando colmenares para alimentarse.
Por otro lado, ya estamos comenzando a tener información gráfica de algunos de los ejemplares que se mueven en el entorno de la Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna, donde también parece haber problemas, como se ha comprobado al localizarse recientemente el esqueleto de un oso muerto.
La localización de osos muertos en medio de caminos o prados no es precisamente un buen síntoma. Normalmente, después de estas localizaciones y de que salgan las noticias en los periódicos dando sensación de eficacia yendo a recoger los cadáveres nunca se vuelve a saber qué es lo que les ha ocurrido a estos osos. En general, hay que valorar que si aparecen osos muertos en estas circunstancias, es que hay problemas para conseguir su adecuada protección.