Lo único que llama la atención en estos ejemplares que siguen manteniendo actividad durante el invierno es que se mueven durante la noche, seguramente por la intensa actividad cinegética que en invierno se lleva a cabo en las montañas cantábricas.
Perros, batidores y cazadores generan una alteración en las costumbres de los animales salvajes, todos se vuelven mucho más nocturnos. El oso no es una excepción.
Estos comportamientos de osos que aparecen activos en invierno, con frecuencia son objeto de falsas noticias. “Con el cambio climático los osos ya no invernan” o “se descubre que los osos no invernan”.
Sí es cierto que la actividad de los osos disminuye mucho en cuento llega el invierno. Donde hay pocos ejemplares, apenas se ven, pero donde la población es más alta, estos casos de osos activos en invierno son frecuentes. Mantienen una actividad como si fuera otra época del año, marcan territorio, buscan comida.
En realidad debe de ser un comportamiento normal que nos sorprende por la escasa información que tenemos aún de la vida de los osos. Los osos cantábricos forman parte quizás de la población de osos europeos menos estudiada, ya que las Administraciones han vetado sistemáticamente llevar a cabo trabajos científicos de investigación de seguimiento, tal como se hace con todas las poblaciones europeas.
Aquí, la ignorancia y el desconocimiento son básicos para que cuando aparece un oso muerto, nadie tenga información que contradiga las eternas mentiras de las administraciones y evitar así cualquier responsabilidad.
LAS CÁMARAS DEL FAPAS
Son la única herramienta de seguimiento de los osos que permanece activa todo el año para obtener información constante y utilizarla en su protección.