Las Comunidades Autónomas de la Cordillera Cantábrica donde se localiza la presencia de hembras reproductoras de oso pardo, acaban de hacer público el informe oficial de los datos hasta el año 2018.
Es un trabajo de censo en el que se incluye también el trabajo y la información que FAPAS aporta.
La información es interesante y donde por primera vez se explica la posibilidad de que estos censos no se ajusten totalmente a la realidad.
Es un tema del que desde el FAPAS estamos llamando la atención desde hace años. Los censos totales se realizan contando cada dos años consecutivos el número de hembras reproductoras, pero si un año una osa pierde a sus crías, al año siguiente vuelve a parir, con lo que se cuenta la misma osa dos veces.
Dado que este es un hecho frecuente, obviarlo, como pasaba hasta ahora, tenía el objetivo de ofrecer cifras lo más altas posibles. Recordemos que durante años, estos censos eran dados por una ONG que cobraba del Ministerio de Medio Ambiente.
VEAMOS LOS DATOS
Si seguimos la evolución de la gráfica, vemos que teniendo en cuenta el ciclo reproductor del oso, el número total de osas reproductoras en la actualidad, saldría de la suma de los datos del año 2017 y 2018, es decir tendríamos un máximo de 79 hembras reproductoras.
Y, ¿el mínimo?. Para saberlo deberíamos descontar las que perdieron sus crías en 2017 y volvieron a parir en el 2018. La realidad es que no sabemos cuántas. El seguimiento del oso es complicado. Más fácil, la observación de las osas con sus pequeños cuando salen de la madriguera.
Y, ¿el resto del año?. El seguimiento más importante es el que se realiza con cámaras automáticas, que permite hacer observaciones a lo largo de todo el año hasta que las osas vuelven a meterse en sus oseras y comprobar si lo hacen acompañadas de las crías o solas.
FAPAS, en su zona de trabajo, en el año 2017 controló un total de 19 hembras reproductoras. De las cuales 2 perdieron con seguridad a sus crías, lo que representa un 10 % del total de la reproducción. Una cantidad que podemos comprobar que también se ha producido en años anteriores
No es exagerado considerar entonces que cada año, un mínimo del 10% de las hembras reproductoras pierden a sus crías. Sobre 41 osas detectadas en el año 2017, resultaría unas 4 mínimo.
Entonces al censo de osas reproductoras en la Cordillera Cantábrica resultante de la suma de los años 2017 y del año 2018, habría que descontarle esas 4 hembras reproductoras contadas de manera duplicada, dando como resultado que en vez de 79, serían un máximo de 75.
Más complicado por falta de un seguimiento mucho más riguroso, es conocer la supervivencia de las crías nacidas cada año, que son cifras que abultan mucho, 64 crías en el año 2018. No se tiene ninguna información sobre tasa de mortandad juvenil, por lo que cuando vemos datos de incremento de la población dados por entidades que hacen alardes de cifras, llegando a valorar la presencia de 350 osos en la Cordillera Cantábrica, es solamente eso, un alarde publicitario carente de ningún rigor científico.
LA ZONA ORIENTAL
No hay más que ver la gráfica, para darse cuenta de lo que sucede en el área oriental de la cordillera. La evolución es mínima desde que se inició el muestreo en el año 1.994.
Solo a partir del año 2014, se incrementa la reproducción, situándose en las 6 hembras reproductoras y el máximo 7, en el año 2018.
¿Son reales estos datos?.
Fijémonos de nuevo en la gráfica centrándonos en las líneas rojas que se corresponden con el área oriental.
Según esta gráfica, en la población habría actualmente la suma de las osas de 2017 (6) y de 2018 (7). Es decir, un tal de 13 osas reproductoras.
¿Tendrán el mismo rango de pérdida de reproducción como en el área occidental, un mínimo del 10%?. No lo sabemos. Y no lo sabemos dado que la Junta de Castilla y León no autoriza a que nadie que esté fuera de su control., trabaje en los territorios donde hay osos.
Es decir, nos tenemos que creer los datos que ofrece la Administración, sin fuentes fiables que contrasten esa información. Y lo que sabemos es que en los territorios oseros de León y Palencia, a las osas con crías se las acosa, se baten con cacerías las zonas de presencia, alimentación y refugio. Las fuerzan a moverse, a desplazarse y con ello se incrementa de manera muy importante el riesgo de mortandad de las crías.
No sucede así en Cantabria donde hay una estricta vigilancia por la protección de las hembras reproductoras.
Es por ello que desde FAPAS, no damos ninguna credibilidad a estos datos de hembras reproductoras en las zonas oseras del área oriental de León y Palencia y ponemos en seria duda de que en estos territorios existan 13 hembras reproductoras.
LA DISTRIBUCIÓN DE LAS HEMBRAS REPRODUCTORAS
Vemos perfectamente la distribución y el aislamiento que existe entre las dos poblaciones a efectos reproductores. Para nada podemos echar las campanas al vuelo hablando de comunicación. Esta existe, pero es solamente llevada a cabo por machos.
El hueco de territorio sin reproducción es muy grande, insalvable, ya que las hembras no realizan grandes desplazamientos ni ocupan nuevos territorios lejos de las áreas donde han nacido.
¿DÓNDE HA SIDO SOLTADA LA OSEZNA HACE UNOS DÍAS?.
Como contábamos en nuestro FAPAS HOY de pasado día 7
Por fin la Administración Asturiana se ha decidido a liberar una osezna recuperada en el área oriental de la región, donde no existe ninguna otra hembra reproductora.
Este es el sitio:
Es la parte exterior de los Picos de Europa, dentro del Parque Nacional. Una zona antaño habitada por osos y que en la actualidad, mantiene una presencia esporádica.
El territorio de una gran calidad biológica, es excepcional para la presencia de esta especie. Ahora, confiar en la buena recuperación y adaptación de la osezna a la naturaleza y que en un futuro aparezca como una nueva hembra reproductora.