Cada vez que hay elecciones, la gran fauna salvaje es utilizada como herramienta de lucha política. Aparecen los osos devoradores de ganado y los que con su sola presencia en el bosque ahuyentan a excursionistas y domingueros.
Son títulos periodísticos que apoyan intereses de presión o simplemente esconden la ineficacia de las administraciones para proteger la biodiversidad, cuestión que es obligatoria por Ley.
Mientras, la realidad del oso es otra. Los osos usan un territorio compartido por los humanos y si estos gestionan bien sus intereses, los protegen, el oso mantiene sus costumbres y hábitos ancestrales de alimentarse de lo que produce la naturaleza.
Ahora es tiempo de arándanos. De arándanos silvestres que de momento nadie reclama como propietario, hasta que salga alguien argumentando que esos arándanos también son suyos pues lo quiere para hacer mermelada.
Las cámaras de FAPAS, distribuidas por decenas de rincones de la naturaleza, permiten captar estas imágenes que además de bonitas son interesantes, ya que nos permite descubrir los hábitos y costumbres alimenticias del oso pardo en libertad.
Es necesario defender las áreas vitales del oso de la intrusión humana que también pretende convertir a la naturaleza en un espacio de diversión y ocio lúdico. En un inmenso espacio de juegos y pruebas deportivas de todo tipo, alentados precisamente por la catalogación de los terrenos en Parques Nacionales o Naturales.
Entonces, la tranquilidad que la fauna salvaje, como el oso, necesita para sobrevivir también desaparece. No parecen entenderlo muchos políticos.
VIDEO: ES TIEMPO DE ARÁNDANOS