Nuestros osos son propensos a llevar una vida solitaria, a excepción de las hembras acompañadas de sus esbardos, aunque todo cambia al llegar la primavera.
Sus dominios vitales se hacen más grandes, los machos se vuelven más móviles, y la alimentación pasa a un segundo plano, siendo su principal objetivo la localización osas receptivas que sucumban a sus encantos. De hecho, gracias a su estupendo olfato, pueden localizar a una hembra en celo a varios kilómetros de distancia.
-ECHANDO BALONES FUERA
Ya va siendo habitual que cada vez que aparece un oso muerto, la versión oficial sea que la muerte fue provocada por el ataque de otro oso, sin importar la edad o la época del año en la que haya ocurrido el fatal acontecimiento. Las cámaras nos dicen que en la Cordillera Cantábrica, la mayoría de los enfrentamientos se saldan con aparatosos mordiscos o zarpazos, principalmente en el hocico, los belfos, o alguna que otra herida en los flancos.
Después de muchos años tras las huellas del oso, la experiencia de campo nos dice que el celo de los ejemplares cantábricos presenta mucha mayor intensidad entre los meses abril y junio.
(El Oso pardo. Un gigante acorralado. A. Clevenger-F.J. Purroy)
En teoría este es el periodo mínimo que necesitaría una hembra para completar un ciclo reproductivo completo, que traducido a términos de calendario sería como decir que una osa podría parir cada 2 años. Pero en la naturaleza rara vez “dos más dos suman cuatro”, ya que muchas osas paren cada 3, otras cada 5, y las hay que pierden sus crías, volviendo a entrar en celo al siguiente año.
La individualización de algunas hembras reproductoras desde sus primeros años de vida, nos ha permitido afinar en el conocimiento del oso pardo cantábrico, hasta el punto de llevar a cabo el seguimiento continuado de algunos ejemplares, a lo largo de más de 20 años.
Este es el caso de nuestra querida ENCARNA; una osa nacida en el concejo de Belmonte en 1998, que todavía el año pasado sacó adelante 2 crías.
Esto nos hace pensar, junto con la información que tenemos de otras osas reproductoras, que en la zona de la Cordillera Cantábrica en la que trabajamos, la media de partos puede estar más próxima a las 5 camadas.
El oso es un animal discreto en su comportamiento, que raramente se deja ver, por lo que nuestros técnicos, al igual que cualquier investigador que se precie, son verdaderos especialistas en descubrir sus huellas y señales en el territorio. Pero además, el FAPAS ha sido pionero en la utilización de cámaras de disparo automático para llevar a cabo el seguimiento de fauna. Ellas son nuestros ojos y oídos en el monte, y nos ayudan a descubrir la historia vital de cada oso, incluso a través de varias generaciones.
-La comunicación entre los OS@S
Ya hemos hablado de sus extensas áreas de campeo, y de su fino olfato, pero ¿cómo hacen los osos para comunicarse entre sí, marcar su presencia, o pasar desapercibidos?
Determinados árboles funcionan como verdaderas redes sociales en el territorio. Se trata de puntos estratégicos en los que cada usuario comparte información, y cuyo significado va a depender de la edad, momento o circunstancias de cada individuo. Al igual que con los “likes del Instagram”, la propia utilización de esos árboles, genera un crecimiento exponencial en el rango de visitas.
Si todavía sigues ahí, seguro que estás pensando que la que suscribe estas líneas está flipando; pero nada mejor que un estupendo vídeo de los “Oseros del FAPAS”, Monchu Magadán y Alfonso Hartasánchez para demostrarlo.
-Los otros protagonistas de la historia
- PINTO es uno de los machos dominantes del concejo de Belmonte, de unos 15 años de edad. Fapas consiguió fotografiarlo por primera vez en el 2008, cuando era un joven subadulto.
- TANO tiene unos 11 años, y es uno de los machos dominantes del concejo de Somiedo. Fue localizado por nuestras cámaras en el 2014, con 4 o 5 años de edad, y probablemente sea originario del vecino concejo de Cangas de Narcea.
- AURELION se localiza por primera vez en el 2012, cuando ya era un oso adulto, por lo que puede rondar los 13 años. Es uno de los grandes machos de Teverga, aunque a falta de hembras receptivas, no tiene problemas en ampliar su radio de acción a Somiedo o Belmonte. Se trata de un oso curtido en mil batallas, y aunque este año haya tocado jugar “fuera de casa”, sigue estando en Primera.
- los primeros encuentros con la osa FIGALA son del 2012; aparece fotografiada con una cría en Somiedo, por lo que ya era una osa adulta, de unos 5 años de edad. El pequeño osezno resultó ser una hembra a la que le hemos seguido la pista, por lo que sabemos que nuestra querida FIGALA es una joven abuela todavía en activo, de unos 13 años de edad.
Las manchas y collares se mantienen de por vida. El tamaño y la variedad cromática también ayudan a distinguir a cada individuo, así que prueba a reconocerlos en el vídeo.
LA COMPETENCIA DE TANO
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