Lo que en apariencia podía ser solamente una afición más, conocer y descubrir la naturaleza, las cámaras de foto trampeo se han convertido en una herramienta de máxima utilidad para conocer no solamente qué tipo de fauna hay en un territorio, si no para saber con gran exactitud cuántos hay.
Años 90, Alfonso con una de las primeras cámaras de foto trampeo que utilizó el FAPAS. Prácticamente artesanales, utilizaban carretes de 36 fotos que había que llevar a revelar.
Y eran los propios osos los que disparaban la cámara al pisar encima de una placa oculta en el suelo. Toda una alta tecnología en aquellos años que permitió comenzar a descubrir aspectos verdaderamente desconocidos en la vida de los osos.
Es el caso de esta fotografía, obtenida rudimentalmente con las viejas cámaras. Se identificó en su momento a una osa acompañada de sus crías. Pero años más tarde y con ayuda del ordenador, pudimos comprobar que no era así.
La fotografía ocultaba a simple vista que el oso llevaba un crotal enganchado a la oreja derecha. Pudimos comprobar que no era una hembra, sino un macho, una cría nacida en Somiedo y a la que se daba por muerta.
Con las cámaras, lo pudimos descubrir en León y lo que en apariencia parecía una cría, resultó ser una hembra. Se trataba del macho cortejando en plena época de celo. Sabremos entonces, que el próximo año habrá en esa zona una osa con crías. ¡¡ Habría que vigilar ¡¡
IMPEDIR EL USO DE CÁMARAS
Ha sido una obsesión del último Gobierno Regional de Asturias. Impedir que FAPAS pudiera continuar con su trabajo de seguimiento de fauna con cámaras automáticas. No solo Asturias, Castilla y León no ha permitido que se pudieran utilizar en el trabajo de seguimiento del oso pardo en el área oriental de la Cordillera Cantábrica.
Las cámaras son testigos de lo que sucede y las Administraciones cuyos objetivos es evitar conflictos con la aplicación de medidas de gestión que van en contra de la conservación de la biodiversidad, se ponen muy nerviosos si hay cámaras en lo que consideran “SUS” territorios. Parques Nacionales, naturales u otros espacios protegidos.
Bajo el eufemismo de gestión y protección, impiden que nadie a los que ellos no dirijan y controlen tenga acceso a información técnica o científica que no pueda ser manipulada o interpretada para su interés.
FAPAS ha mantenido de manera constante e ininterrumpido su trabajo con cámaras fotográficas durante los últimos 20 años. La clave, nuestra independencia, la posibilidad de haber comprado territorios de alto valor biológico donde nadie nos puede prohibir utilizar nuestras cámaras. Es el éxito de todos sus socios y colaboradores que precisamente permitieron a FAPAS durante tantos años, no depender de nadie.
PONER AL DESCUBIERTO LAS DEBILIDADES DE LA GESTIÓN ADMINISTRATIVA
Las cámaras nos han permitido llevar a cabo trabajos técnicos como censos de fauna en espacios protegidos. Denunciar la disminución de las especies cinegéticas a causa de una excesiva presión de caza. Especies que forman parte de la necesaria dieta alimenticia del lobo. Sin presas, el lobo causa daños a la ganadería.
El culpable no es el lobo, es la Administración con su gestión interesada del medio ambiente, la búsqueda del voto fácil entre una sociedad rural que por un gran desconocimientos de las leyes de la biología, solo entiende que matando se solucionan los problemas.
Es por eso que las cámaras del FAPAS sobran.
Pues no. No sobran, se incrementan.
La Cordillera Cantábrica cuenta con 115 cámaras automáticas instaladas por FAPAS que estudian la vida del oso en libertad
La conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica continúa siendo un reto. El oso aún está catalogado como especie en peligro de extinción. Conocer mejor su biología, cuáles son sus preferencias alimenticias y cómo se mueve es aún una necesidad para garantizar la supervivencia del mamífero terrestre más grande que habita en España.
El FAPAS renueva su equipo fotográfico para estudiar al oso con cámaras de alta tecnología que permiten obtener imágenes de alta calidad y realizan disparos automáticos con gran rapidez, lo que garantiza que todo lo que pasa por delante del objetivo queda fotografiado.
Durante más de veinte años, la asociación conservacionista viene utilizando esta metodología de investigación científica de manera ininterrumpida. Las viejas cámaras que obligaban a revelar cada uno de los carretes fotográficos, han dado paso en la actualidad a cámaras de grandes prestaciones, que hace fotografías a alta resolución tanto de día o noche, envían las imágenes vía SMS o trabajan en equipo simultáneamente varias cámaras sincronizadas.
CONOCER LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS
El seguimiento del oso con cámaras ha permitido conocer aspectos de la alimentación del oso poco conocidos, como la explotación de las carroñas.
Los animales muertos en la naturaleza son una fuente de alimentación muy importante para el oso. Si encuentra carroñas en el invierno y en primavera hay fruta suficiente, el oso pasa desapercibido en la montaña y apenas genera problemas.
Si no encuentra carroñas en invierno, en primavera busca alternativas proteínicas en las colmenas con el consiguiente enfado de los apicultores. Pero la culpa no es directamente del oso, si no de la retirada de carroñas que las administraciones impusieron de manera drástica sin tener en cuenta su importancia para la alimentación de la fauna salvaje.
ALIMENTARSE DE ARÁNDANOS Y HUSMEAR EN LOS BASUREROS.
La invasión de matorral en las praderías de montaña limita la presencia del arándano silvestre, un fruto que los osos buscan intensamente en cuanto llega el verano.
“Limpiar” el monte cubierto con matorral utilizando el fuego, una costumbre que parece haberse puesto de moda en la Cordillera Cantábrica, elimina miles de hectáreas de terrenos que producen alimento a los osos obligándolos a buscar alternativas que en ocasiones implica la presencia de osos cerca de entornos humanos.
BASURA
FAPAS está comprobando que de nuevo en zonas de montaña, comienzan a proliferar los basureros ilegales. Son zonas en las que si se depositan residuos de todo tipo, la fauna salvaje y entre ellos los osos acudirán en busca de comida si se depositan restos.
Comer en la basura puede generar un cambio en el comportamiento de los osos, habituándolos a hacer recorridos donde puedan obtener alimento con facilidad. El más abundante, en los contenedores de basura que hay en cada localidad rural de montaña.
Es por eso que FAPAS va a iniciar un estudio de investigación mediante el seguimiento fotográfico de alguno de los basureros ilegales que tiene localizados en zonas oseras que pueden resultar peligrosos al provocar un cambio en el comportamiento alimenticio natural del oso.