De manera excepcional, hemos sido obligados a hacernos a un lado y dejar sitio. Y en este estado de pausa en el que nos encontramos, por suerte, el calendario de la vida no se detiene.
Como dice Joaquín Araújo en su libro “El Calendario de la vida", en la naturaleza hay citas, compromisos, momentos de inexorable cumplimiento. Pero como nadie tiene prisa, ni queda distraído por otras obligaciones, sus protagonistas siempre llegan puntuales a sus encuentros.
Nuestra querida MORVEN es un claro ejemplo de ello. Con solo un día de retraso, respecto a la primavera pasada, ésta digna descendiente de algún William Wallace alado, hacía su aparición en la ría de Villaviciosa el pasado 23 de marzo. Una cita inexcusable en su plan de ruta, antes de emprender una de las etapas más complicadas del viaje: atravesar el golfo de Vizcaya.
El Clan de MORVEN ha contribuido en gran medida, a la recuperación de su especie en Europa, ya que algunos de sus descendientes han sido incorporados a diferentes proyectos de reintroducción (Suiza en el 2015, y País Vasco en el 2017).
En el 2018 y 2019, MORVEN sufrió la predación de la puesta, en su nido de Forres. Esperamos que los naturalistas escoceses hayan podido colocar, como estaba previsto, un dispositivo en el árbol que impida el ascenso de posibles intrusos, para que MORVEN pueda completar la estación reproductora con éxito. ¡ALBA GU BRATH, MORVEN!