Para la conservación del oso pardo lo importante no es el número de árboles, o mejor dicho, la cantidad. Lo importante es la cantidad de fruta que producen los árboles que plantamos ya que eso es el alimento de los osos.
En las montañas cantábricas hay millones de árboles y dentro del área de distribución del oso, aún muchos más millones. El bosque que tenemos es más que suficiente para que el oso pueda vivir en estos territorios y, sin embargo vemos ahora que los osos están aumentando, que con frecuencia se vinculan al hábitat humano, que se acercan a los pueblos y que empieza a haber personas que se sienten incómodas por tener a los osos cerca de sus viviendas.
Lo que los bosques no ofrecen por diversas causas, es diversidad de especies productoras de frutos que es lo que los osos buscan cuando se acercan a los pueblos.
Pequeñas plantaciones que generan un gran beneficio para la conservación del oso.
FAPAS termina el año realizando una de estas plantaciones que, sin ser espectaculares, le ofrecen al oso una gran oportunidad para encontrar alimento. Nosotros desarrollamos una estrategia para que ese alimento esté disponible en los momentos de mayor necesidad.
Este es el proceso
Primero buscamos los ejemplares, en este caso manzanos que después de diciembre aún tengan manzanas en las ramas de los árboles. Suelen ser variedades muy antiguas, árboles viejos que en unas pocas décadas van a morir. Variedades que dan frutos muy duros y que al caer al suelo sus manzanas quedan en la hierba húmeda y se conservan perfectamente durante meses.
Recogemos las manzanas y procedemos a extraer las pepitas que mantenemos en el frigorífico durante varios meses, hasta que en primavera las sembramos en los semilleros.
Gracias a este trabajo podemos disponer de varios miles de plantones que seleccionamos según su procedencia.
Los plantamos y vemos qué tipo de fruta producen y si responden a lo que consideramos interesante para el oso, que produzcan frutos que aguanten el invierno.
Y después, al monte, plantados con las protecciones que garanticen que ningún animal va a destruir la planta.
En este caso, estamos plantando 25 árboles frutales que han sido financiados por una empresa que quiere contribuir a la conservación del oso.
Y aquí están plantados en una finca propiedad de FAPAS en medio de una mancha forestal donde hay, principalmente, robles y castaños.
¿Qué hemos plantado?, pues 20 manzanos de 4 variedades diferentes y cinco ciruelos que desconocemos a qué variedades corresponden, pero que no los hemos seleccionado nosotros, lo ha hecho el oso. De un buen excremento de verano hemos sacado las pepitas; los osos escogen las ciruelas más dulces. Así que seguro que serán buenas para nuestro proyecto.
RESULTADO
Pues en una pequeña finca hemos plantado 25 árboles que cuando estén ya un poco crecidos, 4-5 años, van a producir por lo menos la cantidad media anual de 1.000 kilos de manzanas y quizás unos 200 de ciruelas. Y todo con un coste de 525 euros. Nada de presupuestos millonarios para crear bosques para que el oso pase de unas montañas a otras y que muchas veces son innecesarios ya que hay vegetación suficiente, teniendo también el riesgo de terminar siendo destruidos víctimas del fuego.
Necesitamos plantar muchas pequeñas parcelas con pocos árboles para favorecer la alimentación del oso en todo ese enorme territorio que está ocupando actualmente y en el que en los próximos años va a ocupar.
Esta ha sido una plantación financiada por:
Muchas gracias Jorge