Es la especie emblemática que junto con el lince está en mayor riesgo de extinción. En especial en la Cordillera Cantábrica, se encuentra al límite.
A lo largo de los últimos años, se han invertido 8 millones de euros en la Cordillera Cantábrica en la aplicación de un Programa Life que ha sido un absoluto fracaso. Las conclusiones después de finalizado el proyecto es que la especie se extingue.
Eso sí, los 8 millones de euros se gastaron íntegramente.
Resulta curioso que con tanto esfuerzo y viendo que la especie está en máximo riesgo no se adopten todas las medidas posibles de recuperación. Y todos sabemos que el principal problema está en el hábitat. Un hábitat que evoluciona hacia estados negativos para la conservación del Urogallo.
Curiosamente, el Urogallo en pleno declive poblacional, recolonizó un lugar, el pinar de pino silvestre del Concejo de Allande, lamentablemente quemando salvajemente. También otra experiencia en Ponga, en el bosque de Peloño, los urogallos aguantaron en una pequeña mancha de pino silvestre, resto de una antigua plantación.
En Pirineos, la plantación de pinos silvestres es una estrategia que está dando magníficos resultados. Nada de aterrazamientos, plantación de rodales de pino, efectuados manualmente.
En la Cordillera Cantábrica el pino silvestre es una especie autóctona, aún queda un bosque importante, el pinar de Lillo en León. Sin embargo, plantar esta especie autóctona de la Cordillera Cantábrica está totalmente prohibido en los espacios naturales de Asturias.
Parques Naturales y Reservas de la Biosfera donde había, o aún queda algún ejemplar de Urogallo, prohíben por sus normativas plantar pinos silvestres como estrategia para recuperarlo, poniendo una vez más de manifiesto la negligencia ambiental de esta región en sus estrategias de conservación de la biodiversidad.
FAPAS PLANTA PINOS SILVESTRES EN LA CORDILLERA CANTÁBRICA.
Así que buscando una estrategia para plantar pinos silvestres, nos hemos tenido que ir hasta la estación de esquí de Pajares para plantar pinos silvestres con los niños.
Y es que la estación deportiva está fuera de todos los espacios protegidos. Hacer educación ambiental, enseñar a los niños a plantar árboles y hacerlo con especies que serían interesantes para la recuperación del Urogallo, hay que hacerlo en terrenos que no estén protegidos.
Este fin de semana, hemos pasado una mañana estupenda, plantando pinos silvestres y acebos, al pie de uno de los mejores bosques cantábricos en el Valle del Huerna. Sería un milagro que el Urogallo volviese por estas montañas, pero por llevar a cabo acciones de valor ambiental para esta especie, que no quede.