Nos hemos reunidos con apicultores de varias comarcas del norte de León en los montes de Brañuelas para llevar a cabo una segunda actividad, ahora demostrativa sobre el terreno con el objetivo de poner en su conocimiento el sistema de protección de colmenares para evitar daños de oso que utiliza el FAPAS.
Recordemos que la primera actividad se realizó con anterioridad para poner en conocimiento de los apicultores los desplazamientos del oso en estas comarcas al sur de la cordillera Cantábrica. Sus visitas a los colmenares está demostrando que no son hechos casuales, sino que su presencia representa ya un asentamiento más constante es estos territorios donde el oso había dejado de estar presente hace ya muchas décadas.
Ahora toca ir a un colmenar y realizar el trabajo práctico de protección
En la actividad, explicamos a los apicultores que para realizar el perímetro de seguridad del colmenar podemos utilizar más de un soporte para construir el cierre. En este caso, vamos a aprovechar las estacas de madera ya instaladas para un cierre que hemos retirado al no ser útil para evitar daños de oso.
Y colocamos un elemento que para FAPAS es imprescindible antes de colocar el sistema eléctrico. Una sencilla tela metálica de uso ganadero, pero altamente eficaz combinada con la electricidad de un pastor eléctrico.
Aquí vemos el resultado. Un sencillo pero eficaz cierre de protección anti oso. Y lo que es también muy importante, muy económico.
Al final quedamos todos satisfechos de una jornada de trabajo en la que en algo más de dos horas hemos procedido a la protección eficaz del colmenar y trasladado a los apicultores el conocimiento para que ellos se aseguren de poder mantener una apicultura de montaña compatible con la presencia de los osos.
Finalizamos así una actividad que comenzó con un gran susto para Esteban, apicultor profesional que sufrió un importante daño en uno de sus colmenares, donde un oso se comió más de cuarenta colmenas.
Pero antes de marcharnos de esta comarca leonesa La Cepeda, colindante con la de Omaña, visitamos el antiguo colmenar instalado ya por su abuelo donde sufrió el daño del oso. Vemos el enorme destrozo de un oso que ha vuelto a ver si quedaba algo. Aún así, Estaban, lejos de estar molesto con el oso, nos saluda con el signo de la victoria. Sabe que no hay enemigo, el oso vive en el monte y él tiene las colmenas en el monte. Ahora ya conoce cómo solucionar el conflicto para que ambos puedan seguir estando en el monte.
FAPAS agradece la colaboración de MIEL DE BRAÑA, para haber podido llevar a cabo esta acción demostrativa de protección de colmenares con otros apicultores de la región.
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